1987-2012: Rememorando veinticinco años de memoria Flash

Aunque parece un invento de reciente aparición, esta memoria de tipo no volátil fue creada por un ingeniero de Toshiba hace ya un cuarto de siglo.

La era del Zettabyte

Lo que también se ha estado expandiendo de forma espectacular es la cantidad de contenidos generados a partir de actividades digitales. A lo largo de 2012 se espera que las personas creen y consuman unos 2,7 Zettabytes de películas, música y demás documentos, hasta ocupar 20 veces más espacio del que representaban en el año 2005. Y dentro de tres años este universo casi se triplicará hasta alcanzar los 8 Zettabytes. En este boom tiene “un papel fundamental” la memoria Flash, por “su bajo coste, facilidad de uso y una adopción generalizada por parte de consumidores y profesionales”, según opina el vicepresidente del área de semiconductores y servicios de producción electrónica de la consultora IDC, Mario Morales. “Sea una tableta que permite a los consumidores acceder a información en movilidad o el servidor que está detrás de una página de medios sociales, la memoria Flash hace posible muchas de las aplicaciones actuales más conocidas”. Y es que con su adopción se ha instaurado un estilo de vida más digital e inteligente, donde los usuarios pueden tener acceso a la información en cualquier momento y desde cualquier lugar.

Dentro de cincuenta años, la gente mirará hacia atrás y se dará cuenta de que la memoria Flash fue uno de los avances tecnológicos más importantes de nuestro tiempo. Para empresas de todo el mundo, la memoria Flash ha revolucionado su negocio, desde cómo diseñan productos hasta cómo los utilizan los clientes”, añade el analista de Creative Strategies Tim Bajarin. Tanto es así que esta pequeña solución está detrás de dos de las grandes fuerzas motrices que alimentan la proliferación de ceros y unos digitales: la movilidad informática y la conectividad en la nube.

Sí, también está en la nube. “Los centros de procesamiento de datos que utilizan SSD basados en memoria Flash ofrecen un atractivo beneficio para las compañías de la nube, ya que ofrecen las formas más efectivas a nivel de coste para distribuir información de manera más rápida dentro de las infraestructuras existentes, a menudo con un incremento de órdenes de magnitud sobre el rendimiento del disco duro”, apunta Joseph Unsworth, vicepresidente de investigación en Gartner, que subraya que éstos y otros beneficios “son la razón por la cual anticipamos que las ventas de unidades de SSD para la empresa se incrementarán en un 250% durante los próximos cuatro años”.

Y ahora… ¿qué?

Es evidente que la demanda de gadgets inteligentes no hará más que dispararse, y con ella la de memorias Flash. Algunos como SanDisk visualizan un mundo donde estos chips monopolizarán todas y cada una de las interacciones con el contenido digital, desde la captura de una imagen en un terminal móvil hasta el hecho de compartirla vía arquitectura de cloud computing alimentada también por SSD. En cierto momento, llegarán a jubilar a DVDs, Blu-rays y demás soportes ópticos por su facilidad de instalación y transporte. Se deberían explotar sus propiedades inalámbricas y podrían patrocinar una evolución constante sin limitarse a un estándar físico determinado. Otros, como Samsung en colaboración con el equipo de investigación de la californiana UCLA, ya trabajan en metamorfosis potenciales de esta memoria que utilizan una combinación de grafeno y silicio para almacenar información. ¿Punto de partida para otros 25 años de logros?