3 trucos para ahorrar costes en software, según Gartner

Acostumbrarse a seguir ciertas prácticas, como optimizar las configuraciones de las aplicaciones, puede evitar el gasto de millones de dólares.

La consultora Gartner tiene la solución para aquellas compañías que destinan demasiado dinero a software y a las que les gustaría reducir el gasto. Ella recomienda seguir tres prácticas muy concretas.

La primera, y la que más ahorro puede acabar generando en los presupuestos de las empresas, consiste en aprender a optimizar las configuraciones. O, lo que es lo mismo, a huir de las opciones por defecto, principalmente en centros de datos y a la hora de relacionarse con software de grandes marcas, ya que Gartner explica que resulta ser la práctica más cara de todas las disponibles en muchos de los casos.

“Estos cambios parecen simples en retrospectiva, pero no son obvios, y sus ahorros podrían llegar a los millones de dólares”, comenta Hank Marquis, director de investigación de Gartner. “La optimización de licencias de software automatizada es una disciplina relativamente nueva y la mayoría de las organizaciones se encuentran en los niveles más bajos de madurez”.

Otra medida pasa por reciclar las licencias de software, recuperando derechos que se están desaprovechando para su uso posterior. Y llegando a evitar incluso compras de licencias innecesarias. Esto pasa por detectar software que se encuentra instalado en los dispositivos pero que no se está utilizando en absoluto, que se está utilizando de forma incorrecta o que se está utilizando simplemente por partes. Si se consigue mejorar este aspecto, también se contendrán los propios costes de mantenimiento y soporte.

Por último, Gartner recomienda implementar herramientas SAM, es decir, herramientas destinadas la gestión de activos de software. De este modo, se automatizarán procesos manuales, acelerándolos y perfeccionándolos.

Entre la optimización de la configuración de las aplicaciones, el reciclaje de licencias y el uso de soluciones SAM, se calcula que las organizaciones pueden limitar el gasto en software hasta un 30 %.