5 consejos para no ser el Grinch de tu empresa

¿No te gusta la Navidad? No lo pagues con los demás y aprende a dulcificar el ambiente de trabajo en estas fechas.

Sí, ya ha pasado la Nochebuena y también el día de Navidad. Pero eso no quiere decir que las grandes fiestas del invierno, las favoritas de los niños y seguramente de algún que otro adulto, hayan finalizado. Ni siquiera hemos sobrepasado el ecuador. En España quedan, al menos, tres días señalados por delante para seguir escuchando villancicos, pasear por unas calles más decoradas que nunca y repetir comilonas: el 31 de diciembre, el 1 de enero y el 6 de enero. ¿Que no te apasiona la idea? ¿Que quieres que todo vuelva a la normalidad ya? ¿Que te gustaría seguir trabajando como de costumbre? Aunque a ti no te gusten estas celebraciones, no deberías estropearle la ilusión a quienes te rodean. Además, existen ciertas convenciones que a tu empresa le vendrá bien respetar.

Deja a un lado tu pose de ejecutivo agresivo y toma nota de estos consejos que enseñan qué es lo que hay que hacer para no ser un Grinch:

1. De Grinch a Rey Mago. No intentes robarles las Navidades a tus empleados. Los días festivos van a seguir existiendo y el ambiente navideño continuará desplegándose a tu alrededor, vayas al lugar que vayas. Nada va a cambiarlo. Y nada malo va a pasar tampoco por permitir que un pedacito de ese ambiente recorra la oficina que diriges durante los próximos días, sino todo lo contrario. Apela al espíritu de confraternización, de bondad, de fantasía incluso. ¿Cómo? Puedes probar a convertirte, por ejemplo, en todo un Rey Mago. Regala a cada trabajador un detalle como recompensa por un año de esfuerzos y como aliciente para que en 2015 los resultados de la empresa sean, a poder ser, mejores. Una idea es comprarles esa tableta que necesitan para trabajar y que sumará a tu negocio al tren de la movilidad.

2. Que no os den las uvas. Como es obvio, hay –y habrá- días a lo largo de estas semanas en los que se ha acordado no trabajar. Asimismo parte personal del aprovechará para cogerse vacaciones justo ahora y pasar las fiestas en familia. Pero, ¿qué ocurre con el resto de los días y de los trabajadores? ¿Cómo has decidido organizar los horarios entre festivos? Lo lógico sería pedir normalidad y trabajar como en cualquier otro día del año. Pero volver a la rutina después del asueto no es tan sencillo, sobre todo cuando dentro de muy poco se va a repetir el parón y las preparaciones, el nerviosismo y el exceso de atracones pueden atragantar incluso el buen desempeño en el puesto laboral. No vamos a proponer que cierres las puertas hasta el 7 de enero, pero sí que abras un poco la mano. No apures las jornadas hasta el último segundo. No seas estricto con los descansos. Y deja salir antes de tiempo en los días más especiales, si es posible, o cuando ya no se esté avanzando en las tareas. Ten en cuenta que sin motivación tu plantilla no rendirá igual.

3. Todo atado y bien… asegurado. ¿Qué es lo peor que le puede pasar a alguien por Navidad? Entre otras cosas, que su jefe llame en plena reunión familiar para hacer frente a un imprevisto y tener que salir pitando para la oficina, separándose de sus seres queridos. Y sin saber cuándo va a volver a casa. Es algo que no sentaría bien a nadie. Por eso es tu obligación procurar que no ocurran desastres en el momento menos oportuno. Aunque se llamen imprevistos, hay contratiempos como aquellos vinculados a la seguridad que se pueden intentar torear antes de que sucedan. Haz backups de todos los datos que va generando la empresa y mantén las copias a buen recaudo, no sólo en dispositivos de almacenamiento físico sino también en la nube, por si las moscas. Esto le ahorrará a tus empleados, o incluso a especialistas externos, tener que trabajar los días de fiesta para solucionar el problema.

Por otra parte, aplica medidas de protección, instala software antimalware, utiliza tecnología de cifrado, mantente al tanto de las últimas técnicas de ataque para poder frenarlas y tira de sentido común. Los ciberdelincuentes no descansan. De hecho, aprovechan épocas especiales como ésta para desarrollar campañas temáticas que cuelen con mayor facilidad. Ellos sí son los verdaderos Grinch que pueden amargaros (a ti y a los tuyos) la Navidad.

4. Un Christmas por Navidad. Tus trabajadores no son los únicos que querrán disfrutar de las fiestas navideñas. En estas fechas también deberías mimar a aquellas personas y compañías con las que haces negocios a lo largo del año. Y también con quienes tienes una relación profesional de otro tipo. Por ejemplo, con tus socios, con tus clientes o con la prensa. En este caso no tienes que ser materialista, pero es importante que les hagas saber que te acuerdas de ellos en momentos como estos. Lo que se lleva es enviar felicitaciones y difundir mensajes cargados de buenas vibraciones a modo de Christmas. ¿Tú no lo has hecho? Pues toma nota para las próximas Navidades. Recopila las direcciones de correo de tus contactos y envíales una postal digital, esto es, de manera privada y sin desvelar el email de los demás. Hoy en día existen diversas plataformas que permiten crear tarjetas divertidas con motivos navideños, pero ten cuidado y elige una digna de tu confianza. También puedes probar con un vídeo, ¡sé creativo!

5. La magia de Internet. El email no es la única herramienta online de la que te puedes servir en Navidad para felicitar a la gente que se relaciona contigo y, de paso, consolidar lazos e incluso plantar una semillita y hacer negocio con vistas al futuro. Otra opción es recurrir a tu perfil en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram, o a tu propio blog, para difundir tu mensaje, resumir lo que ha ocurrido en 2014 o hacer pronósticos para 2015. Y, por supuesto, para desear que los próximos doce meses sean brillantes y que tus aliados te sigan acompañando. Tampoco deberías dejar pasar la oportunidad que brinda el eCommerce para poner tu marca en el mapa y sacar rendimiento económico a estas fiestas. No esperes a las rebajas post-Navidad. Haz promociones desde ya y vuelca los productos de tu colección en una tienda online a la que puedan acceder consumidores desde cualquier rincón.

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