5 consejos para refrescar tu oficina este verano

Aunque el calor aprieta cada vez más, existen trucos para aliviar a los valientes que seguirán trabajando durante las próximas semanas. ¡Apúntatelos!

El calor lo está invadiendo todo con sus invitaciones a tomar el sol en la playa, a tumbarse tranquilamente bajo la sombra acompañados de un granizado y un buen libro o, simplemente, a descansar, echarse la siesta y desconectar de las complicaciones del día a día. Pero no todos pueden hacerlo. Si este año no tienes vacaciones de verano, o no te han llegado aún. Si en tu contrato no figuran perks que alivien la rutina laboral y, muy especialmente, los inconvenientes de esta época del año. Y si tampoco tienes la posibilidad de avanzar trabajo directamente desde la piscina de tu casa, como nos imaginamos, no desesperes. Existen una serie de trucos para combatir las altas temperaturas sin salir de la oficina. Combinando éstos con las pautas que os ofrecíamos hace tan sólo unas semanas para potenciar la productividad en el período estival, la experiencia debería resultar más llevadera.

Además de hacer listas de tareas, organizar reuniones en el exterior, aprovechar las bondades del teletrabajo, autorrecompensar el esfuerzo y animarte con la planificación de un viaje futuro, en Silicon News os aconsejamos repensar las instalaciones en las que trabajas:

1. Sin lluvia pero con nubes. Las ventajas de la nube tecnológica se han convertido en toda una referencia a la hora de hablar de la oficina del futuro, que debería ser ya la oficina del presente. No hace falta que insistamos demasiado sobre ello. Por ejemplo, al almacenar contenido en servicios de cloud computing se consigue liberar espacio en los activos físicos que posee la empresa, ya sea en los propios ordenadores o en los centros de datos. Al mismo tiempo, la nube permite sincronizar datos en todos los dispositivos vinculados a la cuenta cloud, otorga acceso a diversos usuarios en cualquier momento y lugar, alienta la colaboración, favorece el crecimiento a escala y reduce costes, como los de mantenimiento y reparación. Pero ciertas decisiones como llevar los servidores a la nube conllevan un beneficio extra: reducir el calor en espacios cerrados. Échale un vistazo a las ofertas de compañías del estilo de Amazon, Microsoft, Google y demás gigantes tecnológicos, aprovéchate de su guerra de precios y libérate de máquinas que se sobrecalientan cuando el verano aprieta. Por el mismo motivo es recomendable apagar por completo aquellos equipos que no se usen y revisar qué es lo que se queda encendido de noche para evitar generar más calor (y gasto) de lo estrictamente necesario.

2. Sin papeles. La liberación de espacio no se consigue únicamente aplicando técnicas de cloud computing. Otra tendencia que sirve para mantener tu despacho libre de estorbos y que se antoja útil para crear un ambiente amable en los meses más calurosos del año, aunque sea una cuestión de pura sensación mental, es la denominada “paperless office”. Traduciendo la expresión estaríamos hablando de una oficina sin papeles. ¿De qué trata? Si te paras a pensar qué documentos necesitas tocar realmente con la mano y cuáles no, racionalizando el uso de la impresora en vez de convertir el paseíllo hacia ella en un verdadero abuso, acabarás construyendo un entorno laboral nada excesivo. De hecho, tu zona de trabajo lucirá igual de profesional al deshacerte de papeles innecesarios, con un toque de funcionalidad extra. Es obvio: si hay menos folios, carpetas y archivadores cubriendo desde mesas a estanterías también se simplificará el proceso de clasificación, por lo que resultará más sencillo mantenerlo todo ordenado. Una oficina menos recargada es sinónimo de una oficina más fresquita. En la actualidad se venden impresoras que respetan más la naturaleza, siendo una ayuda, pero sobre todo se puede echar mano de aplicaciones que no tienen impacto tangible como las suites ofimáticas, las plataformas de colaboración, los blocs de notas virtuales, los sistemas CRM para manejar contactos, las propias redes sociales, etc.

3. Con originalidad. Lo primero que nos viene a la mente cuando hablamos de refrescarnos en pleno verano es tirar de bebidas mezcladas con unos cuantos cubitos de hielo. O, directamente, de refrescos conservados lo más fríos posible para que logren matar la sed durante un rato largo. No se trata solamente del deseo de cualquier empleado que tiene que seguir acudiendo a su puesto en verano, por mucho que no trabaje en la calle bajo el sol sino dentro de una habitación tecleando sin parar en un ordenador. Es toda una necesidad. Una de las principales recomendaciones de los médicos para evitarnos sustos cuando hace calor es ingerir líquido de manera regular sin forzar a nuestro cuerpo a que sienta unas imperiosas ganas de beber. Pues bien, para hacerles caso no hace falta esperar a que te instalen un señor frigorífico en la oficina. Ya se venden neveras en miniatura con capacidad para una lata de dimensiones estándares que funcionan con sólo enchufarlas a un puerto USB. Tirar de este tipo de gadgets te evitará, además, otros sustos más allá de la deshidratación, como que alguien se te adelante y te birle la bebida por la espalda. Y hay más aparatos curiosos que pese a su aspecto friki te animarán los largos días de verano en la oficina, como los ventiladores que se conectan al ordenador, ya sea para darle un respiro a él o unas cuantas bocanadas de aire fresco a ti.

4. Con manga corta. Muchos negocios, sobre todo aquellos que llevan más años asentados en el mercado, suelen ser bastante estrictos con el respeto hacia ciertas políticas de empresa que se deben cumplir, sí o sí. Pero entre ser coherentes con una línea corporativa que ha quedado establecida al fundar la organización sobre un papel y que ha sido aceptada por la plantilla en su contrato, y mostrarse totalmente inflexibles cuando se presentan ciertas necesidades personales, e incluso físicas como es el caso, en la realidad diaria de los empleados, hay matices que deberían tenerse en cuenta. “Morirse” de calor no parece ser la solución para prestar una apariencia cuidada frente a los demás. Así que cambiar el traje de chaqueta y la corbata anudada hasta el cuello por camisas de manga corta tampoco debería verse como una falta de respeto, ni hacia los valores de la empresa ni hacia los propios clientes. ¿Por qué no aceptar los pantalones cortos? ¿Las zapatillas? ¿Menos maquillaje? Aunque la imagen es importante, vestir de acuerdo con ciertas convenciones sociales no significa que una persona vaya a trabajar mejor, más rápido, más cómoda o más feliz. Quizás en verano convenga dejar la supuesta elegancia a un lado por atuendos más ligeros, sin pasarse ni ofender a nadie, claro.

5.  Y si nada parece ser suficiente… Si limitar el calor generado por los equipos informáticos dentro de la oficina, apagar las luces, reducir el consumo de los ordenadores, subir infraestructura a la nube, dejar atrás las archivadoras cargadas de papeles y más papeles, organizar mejor el espacio alrededor, apuntarse al minimalismo decorativo, cortarse a la hora de imprimir documentos por defecto, usar aplicaciones móviles y clientes web que limiten la generación de basura, tener una bebida fría siempre a mano (¡ o dos!), usar ventiladores en miniatura que funcionan vía USB, comprarle su propio ventilador a la computadora portátil, vestirse con ropa más ligera y decir adiós a los trajes cerrados hasta el cuello no resulta del todo efectivo para pasar el mejor verano laboral de tu vida, al menos a nivel de refrigeración y comodidad, todavía hay un último paso. Y es igual de sencillo. Basta con bajar las persianas y abrir las ventanas de vez en cuando para que entre aire puro. O apuntarse al aire acondicionado sin remordimientos. Aquí el principal reto será ponerte de acuerdo con tus compañeros para elegir la sensación climática adecuada, además de intentar ser respetuoso con el medio ambiente, como ya lo deberías ser a la hora de usar cualquier otro aparato electrónico e informático. Aunque el mejor consejo que te podemos dar es que intentes llevar el trabajo veraniego con la mejor de las sonrisas, porque el calor no desparecerá por muchas maldiciones que conjures.

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