5 consejos para sacar partido a tu página web

Si tu empresa todavía no tiene página web, hazte con una; y si ya la has creado, repasa esta serie de útiles trucos para volverla más exitosa.

Puede que España sea un país de pymes, pero estas pymes todavía no se han adaptado en masa a los nuevos tiempos de informática al alcance de todos, volcando su presencia en Internet. Y no nos referimos ya a la creación de cuentas en redes sociales, que sirven al mismo tiempo de canal informativo y publicitario para contactar con clientes actuales y potenciales. Hablamos de dar vida a su propia página web. A pesar de que no es la herramienta más novedosa, habiendo dado tiempo ya a su asimilación y expansión, y a pesar también de que sus ventajas son reconocidas, contar con una página web todavía no es una tendencia plenamente extendida en nuestro país. Según los datos de un informe reciente de Páginas Amarillas, tan sólo el 52% de las pequeñas y medianas empresas españolas cuenta con web.

Otro problema es la falta de actualización. Si tú mismo diriges una de esas compañías que no posee página web, te recomendamos que te hagas con una. Y si ya la tienes pero no la renuevas desde hace años, desde el mismo momento en el que encargaste su desarrollo original, te proponemos los siguientes consejos para modernizarla y sacar el mayor partido a su propuesta. Algunos serán más complicados de materializar o te llevará más tiempo implementarlos, dependiendo del punto en el que os encontréis tu página y tú:

1. Todo entra por los ojos. Lo primero que debes tener en cuenta para atrapar el interés de los internautas es la imagen que proyectas. Esto implica que no debes intentar ofrecer un escaparate masivo con espacio para todo si no puedes permitirte pagar por una página web con mucho contenido, o sin pensar en tus objetivos. Pero tampoco deberías optar por hacerla tú mismo si careces de conocimientos técnicos, ya que los internautas son inteligentes y acabarán notando que falta ese toque profesional que, en definitiva, es el que da confianza. A la hora de plantear tu web apuesta por un look sencillo y moderno. No mantengas vigentes proyectos de hace años que estaban optimizados para pantallas de 800×600 y basados en Flash. Los dispositivos de acceso de los usuarios han evolucionado y tu página debería evolucionar con ellos.

Ten en cuenta, además, que cada vez es más alto el porcentaje de visitas que proviene de smartphones y tablets PC. Si al cargar desde uno de ellos, tu web se ve diminuta, aparece materializada como un desastre de textos superpuestos o está llena, incluso, de recuadros en blanco, apresúrate a cambiarla. Aprovecha para transformar su estructura hacia el diseño responsive y ofrecer una experiencia completa al 100% de tus clientes. Otro aspecto importante es el de las fotografías, que explican y decoran. Un usuario puede decir en unos pocos segundos si sigue explorando tu página o si te descarta como opción para sus compras. La mejor manera de convencer a alguien para que se quede no es, precisamente, usar fotos de poco resolución tiradas con el teléfono móvil o ampliadas hasta límites insospechados, causando un fatal efecto de desenfoque.

2. No dejes nada al azar. Prepararse para el éxito implica que no darás absolutamente nada por supuesto y elegirás cada elemento de tu página web por una razón determinada. Lo peor que te puede pasar, además de perder visitantes de buenas a primeras por entender que tu web no es profesional o de fiar, es que éstos no sepan cómo usarla cuando decidan relacionarse con ella. No juegues al escondite ni lances un rediseño sin haberlo testeado antes con un grupo de voluntarios. La información que hayas decidido volcar debe ir ubicada justo en el lugar en el que se espera. Y, si no, tendrás que recurrir a técnicas de “call to action” y dirigir la navegación. Por ejemplo, si una de tus pretensiones es captar emails para realizar campañas de marketing, deberás añadir el botón de suscripción a una lista de correo. Si quieres conseguir ventas, cuida tu tienda online hasta el más mínimo detalle para que sea fácil introducir productos en el carro. Y si sólo pretendes ampliar información sobre un servicio, asegúrate de que eso sea lo más visible.

3. Contacto con tacto. Una de las partes informativas más importantes de tu página web debería ser aquella en la que se recogen tus datos de contacto, para que todo aquel cliente que lo desee pueda comunicarse contigo en el momento en el que lo necesite. En caso de que gestiones una plataforma de comercio electrónico, te tocará hacerlo por ley. Pero si no tienes tienda también deberías ofrecer de manera clara tu teléfono, tu dirección de email y la dirección física de tu empresa. Demuestra que no tienes nada que esconder, muéstrate cercano, fomenta el contacto y, en definitiva, favorece que los usuarios confíen en ti. Otras vías de comunicación hoy en día son herramientas tipo Facebook, Twitter o Instagram. Si sueles sostener conversaciones en redes, te conviene que todo el mundo sepa dónde encontrarte. Haz visible tus cuentas mediante iconos, enlaces o integrando los plug-ins oficiales de cada plataforma.

4. Permite que hablen de ti. Tú no eres el único que puede decir cosas positivas sobre tu negocio y, obviamente, tampoco eres la fuentes más imparcial que se podrán encontrar los consumidores para informarse sobre tu historia, la calidad de tus productos o tu forma de proceder en las relaciones con los clientes. Además de volcar tu actividad en redes y enlazar las cuentas a tu propia página, para canalizar ese actividad social que ya estás generando en Internet, aprovéchate de servicios como TripAdvisor, Foursquare, Booking.com y similares. Si sabes que la gente los utiliza para dejar valoraciones sobre tu empresa, publicítalo en tu página y anima a que los demás los consulten. De este modo no serás tú el único que habla de tu empresa o que, en el mejor de los casos, la pone por las nubes. También puedes intercalar opiniones de clientes reales, siempre y cuando te comprometas a hacerlo de verdad, sin utilizar personajes ficticios.

Antes de contratar cualquier servicio o producto contigo, es lógico pensar que los internautas más expertos se encargarán de formarse una opinión documentada, consultando por su cuenta las críticas, buenas o negativas, de otros usuarios. Pónselas en bandeja. La opinión de unas personas arrastrará a otras y volverán tu negocio más humano y creíble. Junto a los testimonios de clientes puedes añadir los comentarios de expertos y periodistas que hayan elaborado noticias sobre tu negocio en algún momento. ¿Por qué no crear un apartado de prensa con todas las apariciones que has tenido en medios de comunicación? Asimismo, otro aspecto que deberías tratar es el del apartado de gabinete. Elabora un kit de prensa y ayuda a quienes quieran escribir sobre ti.

5. Haz que te encuentren. Una vez definidos tus objetivos, ideado un diseño acorde a ellos, apostado por una navegación intuitiva e incluso móvil, usado fotografías de calidad, añadido la información de contacto, integrado las redes sociales y recopilado opiniones sobre usuarios, creando la página web perfecta para tus necesidades, tendrás que moverla. En alguna ocasión ya os hemos insinuado que tener una web no significa que esté todo hecho. Tendrás que aprender a moverla y generar interés por sus contenidos. Elige un nombre de dominio adecuado, enlázalo en tus cuentas online, añade la URL a tus tarjetas de visita, crea un correo corporativo, haz una presentación oficial… y cuida el SEO. Muchas de tus visitas van a llegar desde Google y buscadores por el estilo, así que traza una estrategia de posicionamiento, elige las palabras clave con las que quieres que te asocien, mima el HTML, usa breadcrumbs, evita los contenidos duplicados, sé seguro y veloz y di no a las trampas.

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