6 de cada 10 consumidores demandarían a las compañías que gestionan datos si se produce un robo

Un informe de FireEye revela que cada vez hay más gente dispuesta a compartir el mínimo de información personal con las organizaciones o a dejar de usar ciertos servicios por temas de seguridad.

Los resultados de un estudio de FireEye sobre el impacto que tienen las brechas de seguridad en la confianza de los consumidores pone sobre aviso a las compañías, para que sean más cuidadosas a la hora de aplicar medidas de protección que mantengan a buen recaudo los datos personales de sus clientes.

“Desafortunadamente, ataques informáticos y violaciones de datos son cada vez más comúnmente asociados a diferentes marcas”, señala Josh Goldfarb, CTO de Emerging Technologies de FireEye. “Tras una sustracción de datos, las organizaciones a menudo intentan recuperar la confianza de los clientes a través de iniciativas tales como programas de supervisión gratuitos u otras compensaciones. Sin embargo, esta investigación concluye que, a pesar de estos esfuerzos, el coste producido por los ataques -tanto a nivel económico, como a nivel de pérdida de reputación- permanece durante mucho tiempo después del incidente”.

A día de hoy, dos tercios de los consumidores esperan que las empresas que gestionan sus datos les alerten de forma inmediata en caso de que se produzca una violación que acabe en fuga de información. Y a 9 de cada 10 incluso les gustaría que no tardasen más de 24 horas.

Alrededor de la mitad dice ser consciente de lo que conlleva una fuga de este tipo y el 70 % parece tender a compartir menos datos con las empresas debido a incidentes recientes de seguridad, aunque dichos incidentes no tengan nada que ver con la compañía con la que ellos se relacionan. Esta actitud, indica FireEye, “limita la capacidad de las empresas para ofrecer productos y servicios más personalizados y adaptados”. Además, la gente estaría cada vez más dispuesta “a proteger sus datos, no sólo mediante el intercambio de menos información personal, sino también dejando de utilizar los servicios de algunas compañías y sustituyéndolas por otras”, alerta Goldfarb.

Según el informe de FireEye el 73 % de los consumidores cesaría relaciones si se entera de que sus datos han sido sustraídos por un problema de seguridad. Ya no compraría más en esa organización. Una cuarta parte considera que su información corre riesgo en manos de compañías que ya han sufrido en el pasado algún ataque. Y prácticamente la mitad pagaría más por un servicio o producto si es más seguro.

Otro dato interesante es el que revela que al 60 % de la gente no le temblaría el pulso para iniciar medidas legales contra una compañía si sus datos acaban en manos de terceros y aprovechados con un objetivo delictivo.