A fondo. ¿Cómo podría impactar el veto de la UE al reconocimiento facial?

La aplicación de la inteligencia artificial en el reconocimiento facial tiene múltiples aplicaciones. ¿Cómo puede impactar en el desarrollo de esta industria el posible veto de la UE al uso de esta tecnología en espacios públicos?

El reconocimiento facial es una tecnología que apenas está empezando a implantarse en nuestro día a día. Y como suele ocurrir con todo lo novedoso, surgen dudas acerca de sus posibles riesgos. Así, el pasado mes de enero conocíamos que la Unión Europea está barajando la posibilidad de vetar el uso del reconocimiento facial en espacios públicos. Sin embargo, hay un puñado de aplicaciones en las que ya se está aplicando esta tecnología.

Destaca especialmente su utilización en tareas de seguridad pública. “Hay gobiernos, como los de China, Reino Unido o Estados Unidos, que usan el reconocimiento facial para vigilar a gran escala, usando cámaras en sitios públicos”, indica Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager de Panda Security.

Explica que el reconocimiento facial se emplea para detectar y capturar delincuentes, monitorizar el comportamiento de los ciudadanos para clasificarlos -permitiendo que los buenos ciudadanos puedan viajar o acceder a créditos, por ejemplo-, mejorar la seguridad, etc. También se puede usar para el control en manifestaciones, ya sea por motivos de seguridad o para contabilizar el número de asistentes.

Miguel Ortego, profesor de Derecho en la Universidad Europea y experto en derecho tecnológico, especifica que “este sistema se emplea para labores policiales como la prevención del crimen, principalmente en los robos a negocios y tiendas o los fraudes en establecimientos abiertos al público como bancos”.

Además, se puede emplear para tratar de prevenir delitos violentos. “Se realiza a partir de información policial sobre sospechosos, delincuentes habituales o con antecedentes penales. Con esta información y las fotos de los sospechosos, las cámaras -que son capaces de identificar caras- localizan un sujeto y se puede predecir -al menos con una alta probabilidad- que se va a producir un crimen, con el fin de evitarlo”, expone Ortego.

Aplicaciones más allá de la seguridad

El reconocimiento facial también permite detectar la identidad y el pasaporte en aeropuertos. Y no sólo por cuestiones de seguridad, sino también para agilizar estas labores. Lambert señala que el reconocimiento facial ya se está usando en el aeropuerto de Madrid. “El sistema de embarque por reconocimiento facial que presentó Aena en Fitur es un gran ejemplo, por tratarse de organismos españoles. Pero también contamos con otros casos de éxito, como el del aeropuerto de Orlando, que ha ahorrado miles de horas y trámites a sus viajeros al incorporar un software de reconocimiento facial para las salidas y llegadas de vuelos internacionales”, detalla.

Esta tecnología también permite identificar a personas desaparecidas. “En la India ya se ha hecho una prueba de concepto para localizar personas desaparecidas. Se trata de un software de reconocimiento facial que está sincronizado con las bases de datos de niños extraviados -trackchild-. En pocos días, clasificó como ‘positivas’ las identificaciones de cientos de niños”, relata el responsable de Panda Security.

También puede emplearse para permitir o denegar el acceso a contenidos o sitios específicos o sensibles. Por ejemplo, para aumentar el control y agilizar el acceso en eventos multitudinarios como partidos de fútbol, conciertos, etc.  Igualmente, es útil para controlar el aforo en eventos públicos. De igual modo, se puede usar para conocer la afluencia a determinados espacios con fines estadísticos. Por ejemplo, para conocer el número de personas que visitan un determinado destino turístico o un monumento.

Asimismo, sirve para mejorar la experiencia de usuario, haciendo recomendaciones de compra personalizadas en tiendas especializadas. “Un ejemplo son las tiendas sin personal, como el Nestlé Market en España. Ha puesto en marcha la primera solución de pago con reconocimiento facial en una tienda física en España. Es un sistema que permite pagar compras únicamente con la cara, sin que sea necesario utilizar un medio de pago ‘tradicional’, como el efectivo, una tarjeta de crédito o un móvil con contactless”, detalla Lambert.

También puede utilizar para realizar publicidad dirigida. “Se identifica un individuo y, cruzando los datos personales que se tienen de él por otras vías, se le ofrece una publicidad con un altísimo porcentaje de interés para ésta”, comenta el profesor de la Universidad Europea.

Además, el representante de Panda Security afirma que puede utilizarse para favorecer la inclusión de las personas ciegas. “Se está probando para mejorar la calidad de vida de las personas ciegas o con discapacidad visual grave. Por medio de esta tecnología, unida a la realidad aumentada, se les ofrece información sobre el entorno que les rodea, si han aceptado formar parte de la base de datos de una aplicación móvil que opera con Windows 10”, especifica.

Impacto del veto de la UE

Todas estas aplicaciones podrían verse en suspenso si la UE aprueba el veto temporal al reconocimiento facial en espacios públicos. Dicha cautela podría tener justificación. “Si hay un descontrol en el uso de estas tecnologías y si los gobiernos no le dan un uso legítimo, sería muy bueno para las personas que hubiese un alto en el camino hasta que la regulación haya cumplido su misión”, afirma Lambert.

Y plantea una reflexión. “Las fuerzas armadas del mundo entero están invirtiendo muchos recursos en estas tecnologías para proteger su activo más importante: las personas. ¿Pero eso se puede hacer a cualquier precio? El riesgo es bastante grande. La realidad está a las puertas de superar la ficción una vez más. Los ‘Minority Report’, ‘Enemigo público’, ‘1984’… ¿se están quedando desactualizados? Lo que hace unos años parecía ciencia ficción, hoy está a punto de convertirse en una realidad cotidiana”.

Además, Josep Albors, responsable de concienciación e investigación de ESET España, remarca que “toda tecnología relacionada con la inteligencia artificial necesita de una fase de aprendizaje”. “Está tecnología también tiene fallos y está lejos de ser perfecta. Aplicaciones conocidas y que se han hecho famosas recientemente, como Clearview, sólo garantizan un 75% de acierto. Un margen de error del 25% es demasiado elevado para confiar ciegamente en una tecnología así, por lo que no podemos estar de acuerdo en su uso indiscriminado”, advierte.

Sin embargo, la prohibición del uso de esta tecnología podría afectar muy negativamente a la industria de la inteligencia artificial y, en particular, al desarrollo del reconocimiento facial. “Afectaría seriamente al sector. Muy probablemente, ralentizaría el desarrollo de inteligencia artificial y su utilización en otros sectores, como marketing, ventas, atención al cliente, etc., con el evidente perjuicio económico y la paralización de cualquier proyecto de investigación, ya sea en el ámbito tecnológico o cualquier otro”, declara Angels Chaparro, consultores de Seguridad y Gobierno TIC de Nunsys.

Igualmente, Albors considera que “mientras se mantenga este veto, la industria relacionada con el reconocimiento facial basado en inteligencia artificial lo tendrá un poco más difícil para alcanzar su objetivo de conseguir identificar a las personas con un margen de error prácticamente despreciable”.

Además, si este tipo de medidas sólo son adoptadas por la UE, las empresas europeas podrían quedarse rezagadas. “Esto nos llevaría a perder este tren tecnológico. Es necesario un acuerdo europeo entre el sector público y privado para poner remedio a esta situación tan compleja”, comenta el experto de Panda Security.

En este sentido, Ortego cree que podría suponer “un parón sustancial en la carrera tecnológica y una desventaja estratégica respecto de los principales ‘players’ que Europa no se puede permitir”. Además, opina que daría lugar a “estancamiento de la inversión en este campo y las consecuentes dificultades en materia de investigación, empleo e innovación”. “Los inversores de todo el mundo dejarían de ver interesante al continente europeo y el capital se iría a otras economías, lo que las reforzaría aún más si cabe, abriendo una brecha mayor entre Europa y el resto”, añade.

En cualquier caso, Eusebio Nieva, director técnico de Check Point para España y Portugal, recuerda que este veto todavía no es oficial, “por lo que es pronto para prever el impacto que podría tener en la industria”. Además, hace hincapié en que “el objetivo es encontrar un marco regulatorio para el uso adecuado de estas herramientas, por lo que los efectos sobre esos modelos de negocio podrían ser moderados”.

Por otro lado, el responsable de ESET reseña que “las imágenes que pueden usarse para entrenar esta inteligencia artificial están disponibles de forma pública en redes sociales de todo tipo, que se rigen por una legislación diferente a la europea”. De este modo, la investigación para hacer evolucionar el reconocimiento facial seguiría avanzando pese al veto europeo.

Así pues, el experto de la Universidad Europea piensa que “la solución no pasa por prohibir el reconocimiento facial en espacios públicos, sino por acelerar en la investigación y desarrollo del marco ético que quiere darse Europa respecto de las nuevas tecnologías y el mercado digital, destinando más recursos e inversión.