¿A quién pertenece el Twitter de un empleado?

¿Cuánto vale un follower? ¿Cuánto una cuenta exitosa en Twitter? A tenor de una demanda judicial en Estados Unidos, un follower sale por algo más de 2 dólares y una cuenta exitosa en Twitter por la friolera de 250.000 dólares. Y todas estas cifras sin tener muy claro quién es su dueño.

Una empresa estadounidense, PhoneDog, ha demandando al que hasta hace unos meses era uno de sus blogueros por lo que ellos consideran apropiación de una base de consumidores. “Me han demandado por un cuarto de millón de dólares”, explica el protagonista de esta historia, Noah Kravitz, a The New York Times.

Kravitz trabajó, durante cuatro años, para PhoneDog, una firma de medios y de ecommerce. Durante ese período, twitteó utilizando como nombre de usuario @Phonedog_Noah y consiguiendo 17.000 followers en la red social. Cuando dejó la compañía, cambió su nombre de usuario en Twitter por @NoahKravitz, manteniendo todos los followers que ya tenía, ampliándolos, y siempre con el beneplácito de la compañía.

Según el demandado, la relación se rompió en buenos términos y la compañía le pidió únicamente que twittease de vez en cuando contenidos relacionados con PhoneDog, como él defiende, en declaraciones al Times, haber hecho.

Esa es su versión: PhoneDog le acusa de haberse llevado una base de clientes, que pertenecía a la empresa y no al empleado, y reclama una compensación económica.

Gane quien gane, lo cierto es que el proceso es mucho más que un affaire judicial entre una empresa de Estados Unidos y su no globalmente conocido empleado. Sea o no Noah Kravitz culpable, la decisión del tribunal se podría convertir en un precedente legal en un terreno todavía carente de referentes.