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Los anuncios de estos días de Microsoft muestran un cambio en la estrategia empresarial de los de Redmond, que de no enfocarse correctamente, podría afectar a su negocio a largo plazo.

La principal baza de Microsoft ha sido siempre la venta de licencias de software y el desarrollo del mismo. Ha mantenido este enfoque hasta que ha visto su influencia reducida en el aplastante negocio móvil, donde impera el duopolio Apple/Android.

Una estrategia móvil era pues indispensable para sobrevivir.

¿Se han equivocado en Redmond con el enfoque del plan? No contentos con el desarrollo de un SO propio mejorado (para PC, tablet y móviles) que se lanzará oficialmente en otoño, han apostado también por el hardware –con Surface y un rumoreado smartphone-.

Traducido: Microsoft quiere ser Apple.

Pero para una compañía líder en venta de licencias de software y con una cartera de clientes compuesta por más de dos docenas de fabricantes –a quienes hará la competencia directa con Surface-, este giro podría ser un grave desliz.

Para Oliver Ahrens, vicepresidente senior y presidente para la región de EMEA de Acer, el mayor error de los de Redmond es precisamente enfocar su negocio en competir con Apple, en lugar de buscar el modelo más conveniente para sus propios intereses. Esto afectará a consumidores y partners.

Microsoft es un componente del PC. Un componente muy importante, pero sólo un componente”, ha dicho a ZDNet.

Stam Shih, fundador de la firma taiwanesa, declaraba recientemente que no ve razones para ese giro al hardware, ya que es menos beneficioso –en términos económicos– que el modelo actual de la compañía.

El analista de Ovum Jan Dawson por su parte cree que el movimiento generará desconfianza entre los socios del gigante de software. “Los partners se sienten menospreciados”, concluye.