Acuerdo de 2.300 millones en servidores entre IBM y Lenovo paralizado por el Gobierno USA debido a motivos de seguridad

En enero del presente año se firmó el acuerdo que hasta el momento permanece paralizado mientras se investiga diversos problemas de  seguridad detectados en servidores IBM X86 empleados en las comunicaciones entre redes administrativas así como en el propio Pentágono.

El Comité de Inversiones en el Extranjero de los Estados Unidos tiene entre otras misiones velar por las posibles implicaciones en la seguridad nacional de este tipo de transacciones y mantiene la preocupación por la posibilidad de que los servidores que se adquirirían con dicho acuerdo permitiesen el acceso de manera remota de espías o hackers chinos. Es el mismo tipo de reticencia que se suscitó cuando Lenovo adquirió el negocio de ordenadores personales de IBM en 2005. Aunque la empresa mantiene una reputación global de confianza algunas ramas especialmente sensibles del Gobierno USA han preferido abstenerse de emplear sus dispositivos como medida de precaución.

Más aun, el Ejército alertó al Departamento de Defensa de algunos incidentes de seguridad con equipamiento de IBM y Lenovo que tuvieron como consecuencia la retirada por parte del Departamento de Estado de ese equipamiento en las redes que manejan material clasificado tanto en Estados Unidos como en sus embajadas y dependencias en el resto del mundo.

Con respecto a los servidores x86, IBM y Lenovo han declarado que se trata de tecnología de bajo nivel fabricada también por otras empresas estadounidenses y que la mayoría de estos servidores (incluyendo los de la propia IBM) se fabrican en China con componentes procedentes de dicho país, con lo que realmente no habría tanta diferencia con la competencia. Lenovo además insiste en la seguridad y confianza que merecen sus productos.

Mientras el acuerdo se mantiene en suspenso, la preocupación es que IBM deje de ofrecer el servicio de mantenimiento de este equipamiento y sea Lenovo quien pase a ocuparse del mismo, lo que despierta el recelo ante la posibilidad de que se ve comprometida la seguridad de servidores que albergan información tan sensible.

La transacción, de llevarse a cabo finalmente, supondría la segunda más grande efectuada a una compañía tecnológica china, produciéndose en medio de un clima de tensión entre los gobiernos de Washington y Pekín.

vINQulo

The Wall Street Journal