Anonymous amenaza con una filtración de secretos masiva al estilo WikiLeaks

Citando la muerte de Aaron Swartz como detonante, el grupo de hacktivistas presiona al Departamento de Justicia estadounidense con un cambio de leyes si no quiere ver expuesta información confidencial.

Aunque ya ha lanzado advertencias similares en el pasado y tras hackear la web del MIT, Anonymous vuelve a la carga y parece que esta vez lo hace con más fuerza: amenazando con una enorme filtración de información confidencial del gobierno de los Estados Unidos, al más puro estilo WikiLeaks.

Partiendo de la reciente muerte del activista Aaron Swartz, la organización de hacktivistas explica que “no podemos esperar más. Ha llegado el momento de mostrar al Departamento de Justicia y sus afiliados el verdadero significado de una filtración”.

Swartz, que se enfrentaba a 50 años de prisión y una multa de 4 millones de dólares por la publicación de una serie de artículos académicos protegidos con el copyright de la editorial JSTOR, se suicidó a mediados de mes. Ahora Anonymous exige una revisión de la legislación para que este tipo de violaciones no conlleve sanciones tan severas.

Hace dos semanas se cruzó una línea. Hace dos semanas, Aaron Swartz murió asesinado. Asesinado porque se enfrentó a una elección imposible. Asesinado porque se vio obligado a jugar un juego que no podía ganar, una perversión torcida y distorsionada de la justicia, un juego donde la única jugada ganadora era no jugar”, dicen sus miembros.

¿Qué revelarán si no se producen cambios legislativos? “Los contenidos son variados y no vamos a arruinar la especulación revelándolos”, comentan desde Anonymous. “Basta con decir que todo el mundo tiene secretos y hay cosas que no están destinadas a ser públicas. A intervalos regulares, vamos a elegir un medio de comunicación y facilitarle contenido parcial del archivo”.

De momento, Anonymous ya ha hackeado la web gubernamental de United States Sentencing Commission, donde ha detallado todos sus planes. A continuación, el vídeo de la bautizada como Operación Last Resort: