Apple afronta el primer examen tras la baja de Steve Jobs

No es fácil ser Steve Jobs: el fundador de Apple y su CEO se ha convertido en una imagen de referencia de la compañía, en mucho más que en un directivo o una cara visible.
A ojos del mercado, Jobs es Apple y Apple es Jobs. El máximo responsable de la compañía es una figura clave del mercado tecnológico, incluso con una repercusión mayor que la que puede tener personajes como Bill Gates.
El directivo de la firma es seguido por los adictos a la firma, por el público en general y por los mercados en particular.

La fiebre Jobs ha creado recientemente un muñeco que llevará a casa de todos los adictos a la marca de la manzana a su gurú y ha convulsionado a los mercados cada vez que una noticia ponía en duda la débil salud del CEO.
La baja médica de Jobs, que ha abandonado el trabajo diario para recuperarse de un desorden hormonal aunque sigue presente en las decisiones de la empresa, adelantó en pocos días a los resultados del Q1. Los resultados que la compañía anunciará hoy tras el cierre de Wall Street serán los primeros de un trimestre completo sin la tutorización directa del mesías del Mac.
“Steve sigue esperando volver a Apple a finales de junio”, explicaba recientemente un portavoz de la compañía, que descansa en manos de Tim Cook mientras Jobs se recupera.
Los expertos prevén que Apple facture un 6% más en el Q2, aunque no tendrá suerte a la hora de mantener su beneficio neto, que según la agencia Efe podría caer un 6%. El mercado es cada vez más complicado y los precios de los productos, de forma general, más baratos.
Aún así, los analistas dan más importancia a los posibles anuncios y confirmaciones de nuevos productos que a las cifras. Un iPhone en junio, que ya se da por prácticamente seguro, levantaría más a la compañía que una subida momentánea de los beneficios.