Aquí llega Hyper-V

La aparición del hypervisor de Microsoft para entornos de servidor promete una competitividad feroz entre los desarrolladores actuales, con VMware a la cabeza.

Las razones por las que Hyper-V puede llegar a ser un serio competidor de VMware son claras, sin más que pensar que este hypervisor sigue a ESX Server en lo que a características se refiere, opciones de gestión y compatibilidad de sistemas operativos, pero al mismo tiempo ofrece algunas ventajas significativas.

Hyper-V se entrega junto a Windows Server 2008 por 28 dólares más. Microsoft también vende una versión de Windows Server 2008 sin Hyper-V. Además, también es posible utilizar la versión gratuita del hypervisor, aunque con ciertas limitaciones de uso.

Cuando menos, la irrupción de Microsoft e Hyper-V en un mercado donde las propuestas basadas en Xen seguían permitiendo a VMware mantener una ventaja en términos de costes, significa que los días en los que VMware era la opción más inmediata para la consolidación de servidores son historia.

De acuerdo con los test de laboratorio de eWEEK, Hyper-V merece la pena ser tenido en cuenta como una opción para la virtualización en portales de todos los tamaños, y particularmente aquellos en los que Windows Server 2008 ya está implantado o en aquellos pensando en hacerlo. Hyper-V requiere de un servidor con hardware equipado con procesadores x86-64 con extensiones de virtualización mediante hardware, de modo que las compañías que deseen usar hardware antiguo como “hosts” para la virtualización deberán quedarse con ESX server, u optar por la solución Virtual Server de Microsoft, con menos prestaciones.

La primera versión de Hyper-V, que los laboratorios de eWEEK han probado (fase beta) actualmente carece de la escalabilidad que ofrece VMware ESX Server. Por ejemplo, Quick Migration, donde una máquina se mueve de un “host” físico hacia otro, no es ni de cerca tan sofisticado ni tan rápido como la funcionalidad análoga en VMware.

Sin embargo, a la vista de la evolución de la escalabilidad en otros productos de Microsoft, como en Exchange Server o en el Directorio Activo, es de esperar que Microsoft se ponga al día a medida que aparezcan nuevas versiones de Hyper-V.

Lo que no está tan claro es si Microsoft podrá reducir la distancia que separa Hyper-V y ESX Server en la diversidad de sistemas operativos invitados que Hyper-V controla con efectividad. De momento, la compatibilidad con sistemas operativos que no sean Windows es pobre. Mientras que la mayor parte de los sistemas operativos basados en x86 se ejecutarán sobre Hyper-V. Los controladores “iluminados” que se requieren para conseguir el máximo rendimiento están disponibles para la mayoría de los sistemas Windows y versiones SUSE Linux Enterprise Server.

A continuación, las pruebas llevadas a cabo en los laboratorios de eWEEK.