¿Y si los asistentes virtuales acaban filtrando información corporativa?

Los expertos de Kaspersky Lab advierten sobre los riesgos de los asistentes de voz y los dispositivos inteligentes a nivel de seguridad.

Si siguen evolucionando tal y como se espera, y demostrando cada vez mayor utilidad, dentro de unos años los asistentes virtuales se convertirán en una herramienta de trabajo más.

A día de hoy ya están disponibles en dispositivos móviles como smartphones y tabletas, o como parte de los altavoces inteligentes. También se pueden integrar en electrodomésticos y vehículos. Sea donde sea, los usamos para realizar acciones en remoto, como apagar las luces o poner música, pero también para consultar información y tramitar compras online. Y, entre sus ventajas, cabe destacar que son capaces de reconocer la voz de su interlocutor incluso en medio del ruido.

Pero, ¿tienen riesgos? ¿Podrían poner en peligro o, al menos, en una situación comprometida, a sus usuarios? La compañía de seguridad Kaspersky Lab cree que sí. De hecho, advierte de que podrían acabar filtrando información de carácter corporativo, o incluso personal. Y, sin un ciberdelincuente escucha las órdenes de voz que se le dan al asistente en casos muy específicos, como la introducción de contraseña en una web o de los datos de la tarjeta de crédito para acometer una compra, podrían acabar beneficiándose económicamente.

Hasta la fecha ya han salido a la luz casos de vulnerabilidades vinculados a asistentes de voz y dispositivos inteligentes. Por ejemplo, el hecho de que el Amazon Echo que funciona con Alexa no distinga voces de distintas personas. O que se pueda hackear un coche. Así que las implicaciones de la ciberdelincuencia en el terreno de los asistentes y los aparatos inteligentes, en el peor de los casos, podrían llegar a la inseguridad física.

En este sentido, Kaspersky Lab recomienda proteger los dispositivos con programas antivirus o antimalware. Pero también revisar configuraciones. En casos como los de Amazon Echo, lo mejor es requerir que se solicite contraseña y cambiar palabras clave si éstas se parecen al nombre de alguien o a algo que se dice a menudo. Otro consejo sería apagar el micrófono de los altavoces.

“Una vez tapada la cámara de tu portátil, escondido tu smartphone debajo de una sábana y” de que te hayas “deshecho de tu Echo”, dice Kaspersky, “igual te sientes a salvo de los fisgones digitales… pero no es así. Según los investigadores de la Universidad Ben-Gurion, en Israel, unos auriculares comunes pueden convertirse en dispositivos de escucha”. Así que otra buena práctica sería cambiar los auriculares y altavoces pasivos por otros activos, que cuenten con amplificador entre jack y altavoz para impedir que la señal entre de nuevo.