BlackBerry Bold, a examen

El nuevo producto de RIM es un potente dispositivo con una gran cantidad de almacenamiento, ricas capacidades multimedia y excelente audio, aunque con algunas carencias como el navegador web.

Software

La Bold viene con una nueva versión del sistema operativo BlackBerry, la versión 4.6. El nuevo software trae consigo una nueva imagen actualizada de la interfaz de usuario con la que nunca nos hemos sentido cómodos en las semanas que hemos utilizado el dispositivo. Desde el menú del programa, todas las aplicaciones disponibles se muestran sólo como iconos, y el texto descriptivo sólo aparece para aquella aplicación que el usuario ha resaltado mediante el trackball.

Esto no sería problema si los iconos fueran muy distintos entre sí, pero varios son similares (Media Player y AT&T Music, por ejemplo), y otros, poco claros. Sin duda, los usuarios se acostumbran a este capricho después de un rato.

Mi mayor queja con la Bold es con el navegador Web. La Bold fue el primer BlackBerry en emplear un navegador Web plenamente capaz (el BlackBerry Storm se convirtió rápidamente en el segundo), que fue diseñado para proporcionar una rica experiencia de inmersión Web a los usuarios móviles. Los usuarios pueden seleccionar qué tipo de vista móvil desean utilizar: Ver página ofrece toda la experiencia web (menos Flash y Java de apoyo, por supuesto), mientras que la vista de columna utiliza una pantalla basada en una columna más típica de la navegación móvil. Lamentablemente, hemos comprobado que los dos modos son molestos, aunque por diferentes razones.

Debido a que la Bold (cuando está en el modo de página) es capaz de cargar completamente el contenido de sitios diseñados con mucha mayor resolución de pantalla, una útil función de zoom es una necesidad real para una correcta navegación. En pocas palabras: los controles de zoom de la Bold apestan, en comparación con la pantalla táctil del iPhone o el G1 con los botones de acción en la pantalla de Google.

En la vista Página, la primera vez que se visita una página, el cursor se convierte en el control de zoom. Cuando se hace clic en la pantalla, la vista de zoom se acerca en la zona donde se hace clic, y un segundo clic devuelve la vista a la perspectiva original. Desafortunadamente, el zoom no siempre se produce en el punto exacto donde se ha hecho clic, de manera que el navegador a menudo magnifica algo distinto de lo que se quería. Además, debido a que el cursor es la tecla de zoom, no se puede hacer clic directamente en los enlaces de la vista original sin tener que acercar el zoom previamente.

Por otra parte, en la opción de ver en modo columna el cursor no controla el zoom. Los usuarios necesitan entrar en el menú de acceso y desplazarse por los comandos. Afortunadamente, en este modo de vista, el zoom no es tan necesario, dado que las páginas ya están formateadas para una mejor cabida en una pantalla pequeña.

Ahora el problema se convierte en la longitud vertical de la página. Para desplazarse a través de las páginas tan extensas que se forman como resultado de usar la vista de columna, los usuarios tienen que aprender las teclas de acceso rápido del navegador para subir página (barra espaciadora) y bajar página (shift-barra espaciadora) o correr el riesgo de lesiones, por el esfuerzo repetitivo que se requiere para la incesante manipulación del trackball.