Cinco estrategias clave para que la banca tradicional sea más competitiva en el mundo digital

Liferay desvela como pueden aprovechar los bancos la tecnología para avanzar en su transformación digital.

Desde la empresa de soluciones empresariales Liferay han dado a conocer cinco estrategias que ayudan a la banca tradicional a mejorar su competitividad, de forma que puedan aprovechar los avances tecnológicos presentes en el mercado.

El primer punto que recomiendan en Liferay es innovar para acelerar los desarrollos y transformar los procesos, un apartado en el que es esencial comprender previamente el comportamiento y las necesidades de los clientes.

En ese sentido, es necesario que los bancos tengan las herramientas adecuadas para afrontar los cambios que vienen, ya que se trata de un sector en el que los clientes están cada vez más interesados en utilizar los servicios móviles e internet.

El segundo punto habla sobre el análisis y personalización de la experiencia del cliente para mayor eficiencia en las ventas.

Se trata de un apartado en el que es clave conocer y comprender mejor las experiencias de los clientes en todos los canales (online, móvil, call center, en la sucursal…), y hay que trabajar para potenciar la lealtad del cliente y su vinculación  mediante la prestación de servicios personalizados.

También se indica que se deben administrar de una forma inteligente datos provenientes de los diferentes canales y mantener una comunicación con el cliente basada en sus experiencias pasadas, es decir, transformar los datos en valor competitivo.

El tercer punto se refiere a apoyarse en plataformas que permitan unificar sistemas y procesos como ventaja competitiva.

El objetivo es combinar la presencia puramente informativa con la parte más transaccional del banco y los servicios financieros, para de esa forma ayudar a controlar mejor la experiencia del usuario y proporcionar el contexto para el engagement y la fidelización de los puntos anteriores.

El cuarto punto es la omnicanalidad, que ofrece a los clientes el acceso a servicios financieros a lo largo de los canales como si fueran uno solo con interacciones más consistentes.

En ese modelo omnicanal, un cliente podría iniciar cualquier operación a través de cualquier canal, con la misma comodidad y con las mismas condiciones, o incluso iniciando la transacción en un canal y finalizándolo en otro diferente.

El último punto expone la necesidad de un cambio cultural interno, que requiere no sólo un cambio tecnológico, sino también un cambio en el enfoque tradicional del propio negocio de la banca, pasando de un modelo operativo centrado en los productos a otro, más innovador, centrado en los clientes.

Para llevar a cabo ese cambio será necesario invertir en tecnología, en consultoría, en recursos y en reciclaje, así como la educación continua de todos los empleados a lo largo de la organización sobre estos nuevos modelos, para superar los modelos anteriores.