Coches autónomos: a más independencia, más seguridad

Google trabaja en un vehículo con autonomía nivel 4 y 5. La herramienta de piloto automático de Tesla está en un nivel 2.

Dos estudios han arrojado luz a lo que los consumidores finales esperan de los coches autónomos.

En resumen, los consumidores quieren conducción automática para trayectos monótonos o rutinarios y no quieren perder el control del vehículo.

Uno de los estudios, que entrevistó a más de 50.000 personas, destaca el “arte de conducir” frente al piloto automático. El otro, más pequeño (con una base de 1.517 personas) revela que cerca del 75% de los conductores quieren que sea el coche quien haga todo el trayecto.

No obstante, y como destacan en TechCrunch, en lugares como California –con un elevado número de coches en circulación- los conductores consideran que conducir es una pérdida de tiempo y se decantan por hacerlo lo menos posible.

La industria automovilística dará opciones para todos los gustos. Habrá niveles de autonomía dependiendo del modelo; no perderemos el arte de conducir, pero la experiencia será mucho más óptima y muy probablemente, más segura.

Tal y como recoge el diario LA Times cuando los empleados de Google probaron el prototipo de su coche autónomo y pasados cinco minutos desde el arranque “todos pensaron que el coche funcionaba bien, así que después de esto se fiaron de cómo funcionaba”.

Así lo explicó Chris Urmson, responsable del programa de coches autónomos en Google.

El caso de Tesla, otro de los gigantes de la industria, es diferente. Para empezar y a diferencia de los coches de Google, la conducción no está totalmente automatizada. La herramienta de piloto automático de Tesla se engloba en el Nivel 2, lo que significa que es capaz de mantenerse en un carril, cambiar y de adaptar la velocidad dependiendo del tráfico.

Google mira hacia los niveles 4 y 5, que básicamente sólo necesita a un ser humano para decirle al coche el destino al que quiere llegar. Volvo y BMW tienen planes de lanzar vehículos con niveles 3, 4, 5, lo que implica mucha tecnología de conducción automática.

El problema con el nivel 2, dicen los expertos, es que da a los conductores la falsa sensación de control, lo que puede llevarles a perder la atención. En otras palabras: a más autonomía, más seguridad.

No olvidamos el reciente (y mediático) accidente de un Tesla la semana pasada. Ocurrió con el piloto automático encendido, mientas el conductor veía una película.