Cómo optimizar la eficiencia energética en el servidor

En este extenso artículo examinamos varios componentes que inciden directamente en la cantidad de energía que un servidor utiliza, así como el coste real de operar un servidor y cómo optimizar su eficiencia energética.

Discos duros

La capacidad, la densidad física y la eficiencia energética de los discos duros han superado los aumentos de rendimiento de muchos otros componentes informáticos. Parece que tenemos un apetito insaciable por el almacenamiento de información, lo que significa que al final la suma sigue siendo cero. Sin embargo, la energía que consumen los nuevos discos de 2,5 pulgadas es bastante baja si la comparamos con los de “tamaño normal” de 3,5 pulgadas que triunfaron hace solo una generación. Por otro lado, como la densidad magnética del medio continúa incrementándose por cada pletina, los discos duros de gran capacidad consumen la misma energía que los de capacidad más pequeña (cuando hablamos de discos del mismo tipo).

La velocidad del eje tiene un efecto directo sobre la eficiencia energética para la misma clase de discos: una versión de 10 K-RPM y una unidad con capacidad de 146 o 300 gigas consume siete vatios en uso, y sólo 3,5 vatios en períodos de inactividad. A menos que tengas una aplicación especial que requiera respuestas del disco más rápidas, el disco de 10 K-RPM ofrece mucha más capacidad por vatio para necesidades de almacenamiento general. Plantéate entonces utilizar discos de baja potencia si puedes permitírtelo, ya que el ahorro económico será considerable.

Últimamente, las unidades en estado sólido (SSD) para portátiles han incrementado su capacidad hasta los 512 gigas y han empezado también a venderse a precios más baratos. Muy pronto empezarán a hacer su aparición en el segmento de los servidores, lo que supondrá un ahorro aún mayor de energía –sobre todo si se compara con los discos de 15 K-RPM-. Aún así, consulta con tu vendedor de servidores cuáles son las ofertas de discos duros disponibles en ese momento.