Rumanía atrae las inversiones de empresas tecnológicas

Los programadores rumanos figuran entre los más buscados en el mundo desde
que las grandes compañías de TI internacionales decidieron orientarse hacia el
este de Europa para aprovechar la habilidad informática de estos trabajadores,
que además son una mano de obra barata.

Hasta tal punto esto es así, que el mercado de tecnología rumano se configura
como uno de los sectores con el crecimiento más rápido en lo que a
exportaciones se refiere, con una facturación de en torno a mil millones de
euros, según datos de la
CNN.

Y es que la perspectiva de la entrada de capital de la
Unión Europea en el país después de
que éste se uniera al bloque el pasado mes de enero alentó los ánimos para
invertir en el país. Junto a ello, la baja tasa de impuestos y unos salarios más
baratos han hecho de Rumanía un destino atractivo para la empresas.

De hecho, en comparación con otros países de la zona, los salarios de Rumanía
son inferiores a los 500 euros, mientras que en la República Checa y en Polonia
están en torno a los 700. Éste es uno de los principales motivos por el que
aproximadamente el 90 por ciento de las mil compañías de TI que existen en la
actualidad en Rumanía sean extranjeras. En este sentido, el pasado febrero,
Microsoft inauguró un
centro de soporte técnico en la capital del país, Bucarest, lo que animó a otras
compañías como
Amanzon.com
a hacer lo propio.

Sin embargo, el hecho de que los salarios sean tan bajos está provocando la
emigración de trabajadores cualificados que buscan un mejor futuro laboral, por
lo que los empleados que quedan en el país muchas veces no cuentan con las
habilidades que requieren las empresas, lo que está mellando el entusiasmo de
algunos inversores.

Esto ha llevado a que las compañías que deciden instalarse allí se orienten
más a la creación de centros de soporte o software que necesiten trabajadores
menos cualificados, lo cual también supone un problema tanto para la calidad del
producto exportado como para las compañías, que se vuelven menos competitivas,
además de que Rumanía está perdiendo la gran mayoría de sus buenos ingenieros.

Finalmente, no hay que olvidar que el país, según datos del FBI, se ha
convertido en un caldo de cultivo para el fraude, así como para una importante
comunidad de hackers, hecho que podría perjudicar las inversiones extranjeras.