¿Le compensa a Telefónica el mercado venezolano?

El mercado de Venezuela presenta una gran población con un alto potencial de crecimiento en consumo de productos tecnológicos. Este país, productor de petróleo, siempre ha sido muy llamativo para los inversores extranjeros, pero la situación actual ha cambiado los ánimos. El país sudamericano, liderado por Hugo Chávez, va camino de convertirse en una república socialista basándose en las ideas socialistas del Siglo XXI. Una de las medidas que más afecta a las empresas, tanto locales como extranjeras, es la estatización de estas. El gobierno quiere hacerse con el control de las empresas, y aunque no sea dueño de todas ellas, sí es capaz de controlarlas.
Muchas empresas españolas se han ido visto afectadas por las acciones de estatización de las compañías en los últimos años. Muy comentado había sido el caso Repsol y el del Banco Santander, pero este año, de la compañía de la que más se ha hablado ha sido de Telefónica.
Otras de las empresas españolas que se encuentran en el mercado venezolano y que, de uno u otro modo, se están viendo afectadas por las política de Chávez, son Acerinox, Alcatel, Azertia, BBVA, Banco Popular, Banco Sabadell, Duro Felguera, Iberia o Inditex. Pero, probablemente Telefónica sea la que, actualmente se lleva la peor parte, ya que el presidente de la República Bolivariana se ha dado cuenta de lo importante que es para su modelo de estado el control de las telecomunicaciones.
Cuando Chávez ganó su segundo período presidencial, fue un modo de reafirmar su poder para llevar a cabo sus medidas, con más contundencia que hasta ese momento. En ese momento anunció que llevaría a cabo medidas para estatizar las telecomunicaciones y la electricidad, consciente de que estos mercados son estratégicos para la estructura de gobierno por la que el régimen venezolano está trabajando.
 

 
Un mercado controvertido
Telefónica está presente en Venezuela gracias a sus filiales Atento, Telcel y Terra Networks. Telcel fue fundada en 1991 como subsidiaria de Movistar. El 2005 pasó a ser Telefónica Móviles Venezuela y es la primera operadora móvil del país por excelencia, con una cuota de mercado que supera el 64% de la población.
Desde hace unos años, la compañía ha de luchar para conseguir hacerse con sus dividendos. La región de Latinoamérica es un mercado apetitoso del que las empresas no quieren escapar, sin embargo, Venezuela, en constante crecimiento, sólo da problemas a las empresas.  Telefónica, primera operadora en España, está presente en algunos países de Europa, pero, sobre todo en latinoamérica, un mercado en crecimiento del que saca gran parte de sus beneficios anuales. La crisis económica que sacude Europa actualmente, se ve compensada por los beneficios que la región de América Latina reporta a la empresa.
Desde 1999, Hugo Chávez es el presidente de la República Bolivariana de Venezuela.Desde 2003, el presidente de Venezuela ha lanzado varias campañas para estatizar las empresas privadas que operan en el país, haciendo esto más duro a partir de 2007. Desde entonces, Telefónica ha luchado para conseguir sacar de Venezuela las divisas, que el régimen bolivariano quiere guardar en el país.
Venezuela es un mercado controvertido para la compañía dirigida en España por César Alierta: por un lado es uno de los mercado más rentables para la compañía, pero por otro, les está dando muchos problemas por el control estatal al que se ven sometidos. Desde el año 2007 el gobierno de Chávez ha ido poniendo las cosas difíciles a Telefónica que, por el momento, sólo ha conseguido repatriar unos 550 millones de dólares de entre lo que ha ganado desde entonces. La empresa aún reclama poder cobrar alrededor de 1.800 dólares más.
El primer semestre de 2010 ha sido muy rentable para la compañía, que ha conseguido unos ingresos mejor de lo esperados, sin embargo, de nada le servirá esto mientras el gobierno de Chávez no le permita sacar los dividendos. Concretamente, el beneficio neto de la compañìa aumentó durante los primeros seis meses del año, un 9,4%, hasta 3.775 millones de euros. De hecho, los buenos resultados en América Latina consiguieron compensar las pérdidas en España de la compañía.
 

 
La devaluación del bolívar, bofetada para las multinacionales españolas
El pasado mes de enero fue un mes difícil para las filiales de Telefónica en Venezuela. Hugo Chávez decidió devaluar el bolívar en un 50%, la primera devaluación de la moneda desde 2005. Muchas empresas españolas se vieron afectadas por esta medida como Repsol, Mapfre o BBVA, pero la más perjudicada fue, sin duda, Telefónica. Se calculó que la operadora perdió alrededor de mil millones de euros en dividendos por la medida. Entre ésto y las negativas del presidente de Venezuela para recoger los dividendos, los inversores y accionistas de la compañía fueron perdiendo sus esperanzas de poder sacar su dinero del país.
La devaluación del bolívar, aunque fuera fatídica para muchas empresas, era necesaria, ya que el país se estaba quedando sin dólares después de mantener un cambio ficticio de bolívares a dólares. Telefónica tenía la esperanza de poder cobrar sus dividendos antes de que esta medida prevista llegara, pero no fue así.
Este mes de agosto, tras conocerse las ganancias de la primera mitad de año, y a pesar de las dudas de poder conseguirlo, la compañía, que en Venezuela está liderada por Juan Antonio Abellán, ha vuelto a reclamar sus dividendos y ha declarado a los medios que la situación les está pareciendo preocupante.
El gobierno es el único que puede aprobar la repatriación de estos dividendos y, para ello y según Abellán la empresa está llevando a cabo esfuerzos que espera que Chávez aprecie. Abellán, además, ha alertado al gobierno venezolano de que estas medidas no le ayudan si espera poder seguir recibiendo inversión extranjera, la cual, aunque Chávez parezca negarse, es muy importante para el crecimiento del país y para los planes del régimen.
Telefónica se mantiene en Venezuela por el momento. La compañía espera alrededor de una progresión de la cifra de negocios de 1 a 4% por año, hasta el 2012.
Son alrededor de 1,5 millones de accionistas las personas que se están viendo afectadas por la situación económico-política. La compañía tendrá que tantear hasta qué punto le compensa mantenerse en ese mercado. Por ahora, aunque con cada vez menos esperanzas, Telefónica está a la espera de poder repartir entre los inversores sus beneficios retenidos en Venezuela. Cuando los consiga, si eso sucede, veremos qué decidirá la compañía.