Comunicación y analítica, ingredientes de una fuerza laboral inteligente

IBM CONNECT 2013. Smarter workforce quiere dotar de inteligencia a los procesos de selección y gestión de empleados.

Especial desde Orlando

“¿Cuál es el mejor ordenador del mundo?”, pregunta Rudy Karsan, CEO de Kenexa, a la audiencia congregada en el Connect 2013 que organiza IBM en Orlando, Florida.

“Nosotros”, responde poco después. “Nosotros somos el mejor ordenador del mundo”, asevera Karsan, que sigue con las preguntas al repleto auditorio. “¿Cuál es el mejor momento de tu vida? Veo que se os dibuja una sonrisa en la cara”, señala.

Esta ha sido la introducción del máximo responsable de Kenexa, compañía que adquirió IBM el pasado mes de agosto, por un total de 1.300 millones de dólares, en el evento Connect 2013 que se celebra en Orlando. Suya ha sido la labor de explicar los entresijos de lo que el Gigante Azul denomina smarter workforce.

Las preguntas iniciales, lejos de ser inconexas son el punto de partida de lo que presenta hoy Kenexa bajo el paraguas de IBM. “El mejor ordenador del mundo es racional y emocional”, dice el ejecutivo. Al igual que la suite smarter workforce: analítica y social.

¿En qué consiste dotar de inteligencia a la fuerza laboral de una empresa?

“Es una cuestión de negocio”, explica Jonathan Ferrar, vicepresidente de estrategia y gestión de producto de IBM, a un reducido grupo de periodistas. Tiene que ver con cómo conseguir más rendimiento del empleado, con cómo hacer para que sea más innovador y creativo y sobre todo tiene que ver con que una empresa consiga que la imagen de marca que refleja hacia los clientes sea la misma que refleje hacia la plantilla.

Tiene que ver, en palabras de Ferrar, con conseguir contratar al empleado cuyas características –a saber, académicas, psicológicas- supongan “un alineamiento total con la marca”. Y hacerlo además, en un tiempo reducido.

Para Karsan se trata de ir “un paso más allá”. Las compañías privadas tienen una estrategia muy simple, explica. “Pagar al empleado lo menos posible para conseguir los mayores beneficios posibles”.

Pero este “cambio de paradigma” permite [en referencia a la suite] conseguir más de la fuerza de trabajo sin reducir los costes del mismo. Esta fórmula aparentemente mágica, es el resultado de la comunicación -la parte emocional- y la analítica -la racional-.

Cuando el empleado se siente parte de un equipo, explica el consejero delegado, se llega al aspecto voluntario del empleado. Se convertirán en los “dueños emocionales” del negocio, implicándose con el mismo.

La idea es conseguir una relación más profunda entre empleado y propietario, para servir al cliente.

Al igual que todas las plataformas que se están presentando en el Connect 2013, smarter workforce se asienta sobre la analítica. Ferrar expone un caso práctico a modo de ejemplo. Para conseguir reclutar al empleado idóneo podrá acudirse a datos que, combinando diferentes métricas, consigan dibujar el perfil de los empleados que más tiempo lleven en la empresa. No explica sin embargo los procesos analíticos que darán como resultado un aumento en la producción del empleado.

¿Y qué pasa con la privacidad?

“Somos muy respetuosos con todos los códigos de privacidad”, responde Karsan.

Es más complicado en casos de multinacionales como Exxon, o General Electric, admite. “Pero el software tiene la capacidad de adaptarse a las exigencias de cada territorio”, matiza.