Con la compra de LinkedIn Microsoft acaba de dar un paso de gigante frente a Apple y Google

Suite ofimática, Azure, Skype, Dynamics, Lynda, Pulse y la red social corporativa más grande.

Ha sido la noticia del día. Microsoft ha anunciado la compra de la red social corporativa LikedIn por un monto de 26.200 millones de dólares.

La operación se lleva a cabo después de muchas negociaciones, han confirmado ambas partes, y mantiene la estructura directiva de LinkedIn inalterable. Esta estrategia garantiza la evolución de la red social de la misma forma que lo hubiera hecho por solitario.

No obstante habrá integraciones, claro. De hecho, y gracias a la integración de la base de usuarios de LinkedIn Microsoft acaba de tomar la delantera en la carrera por el dominio de las herramientas de productividad en la empresa. Veamos por qué.

Por delante de Apple y de Google

Una de las asociaciones más importantes en la industria ha sido la de Apple e IBM. Juntas ofrecen soluciones de Big Data y Analítica para empleados a través de dispositivos de Apple. Apple tiene a los usuarios e IBM la experiencia que ha fidelizado a miles de empresas, principalmente grandes cuentas.

Uno de los movimientos que evidencian la importancia de herramientas de productividad para los grandes tecnológicos es la ofensiva comercial que Google está llevando a cabo con sus aplicaciones para empresa. Está poniendo el foco en las pequeñas y medianas empresas.

Google tiene herramientas ofimáticas, una nube propia robusta y una base de usuarios muy extensa.

Pero Microsoft acaba de dar una zancada en la carrera. Los de Redmond tienen Office 365, la suite ofimática más utilizada del planeta, tienen Windows, el SO más extendido, una nube sólida (Azure) y herramientas como Skype para empresa o Dynamics.

LinkedIn por su parte acumula una base de usuarios de más de 433 millones de usuarios profesionales. Tiene además la recién adquirida plataforma de formación Lynda.com y Pulse, el servicio de noticias personalizadas.

La integración de los dos gigantes posiciona a Microsoft un paso más cerca de ganar la batalla en la empresa. En las grandes cuentas y en las pymes.

Un golpe maestro.