Conoce el Skeumorfismo: la filosofía tras la interfaz de usuario de Apple

El Skeumorfismo es una filosofía que concibe el software como la conjunción de elementos del mundo real y funciones virtuales. Es parte de la filosofía Apple y está aquí para quedarse.

A la hora de diseñar una interfaz de usuario hay que tener en cuenta muchos factores, véanse la facilidad de uso, la sencillez y un cuidado diseño.

Conocida es la obsesión de Steve Jobs por controlar todos y cada uno de los detalles de los productos de Apple –rechazó muchos prototipos porque los bordes de las ventanas no tenían la curvatura adecuada-.

El sello de Jobs está pues presente en todos los productos made in Cupertino. Y sí, también en los diseños formales de los dispositivos –no puede ponerse en duda la supervisión de Jobs en el trabajo de Ive-.

Volviendo a la interfaz de usuario, sin dejar de lado la influencia del carismático ex CEO, el software que se ejecuta en los dispositivos de Apple es también, fruto del enfoque de Jobs. Él quería un software inspirado en el mundo físico: metáforas visuales como el calendario de cuero o las estanterías de madera de la biblioteca digital.

Y esta filosofía de diseño ha sido denominada Skeumorfismo (Skeumorphism, en inglés y sin traducción conocida al español). Y a pesar de lo inspirador del término, muchas voces cuestionan su función y continuidad.

La crítica de más peso tiene que ver con la brecha generacional; llegará un momento en que los jóvenes usuarios de un iPad jamás hayan interactuado en la vida real con un calendario handmade, con los bordes cosidos a mano.

El ingeniero de Apple con el que ha hablado FastCompany, el mismo que aportó a la red unas ácidas críticas a Jobs y criticó su obsesión por un ideal estético absolutamente subjetivo, cree que esta filosofía es “muy importante” y le augura continuidad en el tiempo. “El Skeumorfismo está aquí para quedarse”, asevera. No obstante admite que los detalles como el calendario de cuero o las estanterías de madera responden a la visión de Jobs, que es “de una generación anterior” y que por tanto es cuestión de un estilo que “cambiará con el tiempo”.

Considera que la inferfaz de usuario es “como vender un restaurante”. No basta con la calidad de la comida que se ofrece; hay que ofrecer un entorno adecuado, desde los platos sobre la mesa, hasta la iluminación.

El software debe inspirar a los usuarios. “Cuando entras en una biblioteca”, explica, el usuario se encuentra con “un ambiente estético diferente al que se encuentra en una sala de conciertos”.

“Lo importante es centrarse en cómo se comporta”, responde ante la sugerencia del periodista de nombrar algún inconveniente a la filosofía. Lo importante en el caso de la aplicación de la libreta de direcciones (también con diseño vintage) es que no se comporta como una libreta de piel.

“Cuando lo agarras de una esquina no se dobla, como ocurriría con una libreta de papel”, explica. Para el desarrollador el secreto está en “conjugar las dos experiencias”, esto es, la física y la digital.