E-Mail 'El día Ballmer' To A Friend

Email a copy of 'El día Ballmer' to a friend

* Campo requerido






Separe multiples entradas con una coma. Máximo 5 entradas.



Separe multiples entradas con una coma. Máximo 5 entradas.


Enviar verificación de imagen

Cargando ... Cargando ...
0

Steve Ballmer no es su tocayo Steve Jobs. No tiene una casireligión creada en torno a su figura, pero sin embargo en su visita a Madrid ha demostrado que también mueve masas. Y genera interés. Ballmer empezó en el Ritz la agenda pública de su día y acabó en IFEMA, defendiendo Kinect. Ahora mismo estará sobrevolando el océano camino de Seattle. Hace unas cinco  horas tomaba su avión de vuelta a casa, según se leía en el Twitter de dircom en España, Carlos de la Iglesia.

Seguirlo ha sido agotador para la prensa. Su jornada ha sido “un día largo”, según de la Iglesia predecía en Twitter a mediodía. Según la reportera de Silicon News que se ha dedicado a perseguirlo por Madrid en sus apariciones públicas ha sido un día completo y digno de causar la mayor de las fatigas.

Cuando Ballmer llegaba unos minutos tarde al salón del Hotel Ritz, el lujoso hotel del centro de Madrid al que había convocado a prensa e invitados a participar en el desayuno España Innova del Foro de Nueva Economía, ya había sonreido en un photocall en el vestíbulo del hotel, donde los fotógrafos se apiñaban bajo las brillantes lámparas de araña. Pero Steve Ballmer llevaba ya tiempo levantado. Se había reunido con el ministro de Industria, Miguel Sebastián, acompañado por la máxima responsable de Microsoft Iberia, María Garaña.

Ni un ápice de cansancio en el Ritz. Fue simpático, conquistó aparentemente a la prensa, respondió a las -nada fáciles – preguntas demostrando que, como confesó humorísticamente, se había leído el manual del buen CEO y se fue sin probar las pastas y minibollitos – no se le vio hacerlo – de las mesas del Ritz.

De ahí Ballmer voló al Intercontinental, otro hotel madrileño. Para ello sólo tuvo que tomar la Castellana. El mensaje lo traía aprendido, porque como en el Ritz habló de la nube. El cloud es su nuevo mantra. Según el timeline de Microsoft España, también habló de Internet Explorer 9 y de Kinect.

Y sólo llevaba dos entradas de su agenda. También se reunió con Julio Linares, presidente de Telefónica (y uno de los empresarios que lo habían escuchado en el Ritz), picoteó un sandwich a mediodía y se lanzó a hablar con los empleados de Microsoft en Pozuelo de Alarcón sobre la estrategia de la compañía.  El final fue Gamefest, donde presentó Kinect, ya sin cobarta, y puso fin a una semana de vértigo por Europa. Y a Gamefest fueron a verlo legiones. Las colas para poder entrar en el auditorio sur de Ifema eran importantes… y eso que sólo se podía entrar con entrada.

Ballmer pronto estará de vuelta en su casa, con sus tres hijos y la mujer que odiaba la Xbox pero que ahora aprendió a amarla. Y ha demostrado que ser un CEO – algo siempre tan gris y aburrido – también tiene su encanto. La última celebrity sabe mucho de Windows.