Disponibilidad permanente de las aplicaciones gracias a la virtualización

Las ventajas de la virtualización son innegables. Hay enormes eficiencias operacionales que han de ser tenidas en cuenta en diferentes áreas, como es el caso de la disponibilidad 24/7 de las aplicaciones.

Virtualización y disponibilidad de aplicaciones: no todo es perfecto

La mayoría de los desarrolladores de soluciones de disponibilidad para virtualización comienzan colocando un completo sistema a prueba de fallos sobre una plataforma de alta disponibilidad. Mientras que esto nos protege contra un fallo físico de los servidores, ignoran el hecho de que un fallo de aplicación en la propia máquina virtual es mucho más probable que haga que nuestro negocio se detenga. Las herramientas para detectar fallos de aplicación dentro de una máquina virtual no existen. Esta carencia se complica aún más por el hecho de que una máquina virtual con un “pantallazo azul” puede parecer que aún permanece activa.

Otro aspecto que aún no hemos comentado es la nueva o/y revisada infraestructura necesaria para lograr la máxima disponibilidad y la continuidad de negocio, que puede que en el clima económico actual no sea factible desde el punto de vista del presupuesto. La plataforma virtualizada a prueba de fallos típica se basa en almacenamiento compartido, que también puede ser vulnerable a fallos. Esta estrategia también confía en la premisa de que las aplicaciones protegidas están preparadas para ejecutarse en un entorno virtual, aunque muchos administradores aún tienen dudas acerca de la memoria, CPU o requisitos de entrada/salida necesarios sobre un entorno virtual.

Así que, mientras que la virtualización ofrece grandes progresos, la capacidad de ofrecer una continua disponibilidad gracias exclusivamente a la virtualización es una vía muerta. Dado que aún se depende de cuestiones físicas, se deben tomar en cuenta estrategias adicionales.

¿Recuperación o disponibilidad?

Son las 4:00 am en California, pero en Madrid estamos en medio de un día laborable. El CEO de una multinacional con oficinas en ambas ubicaciones se basa en una información actualizada para finalizar una adquisición. Sin previo aviso, el sistema de alimentación del cuarto de servidores falla. El correo y los servidores de movilidad son aún físicos, la copia de seguridad es (era) online, aunque hay servidores virtuales en otra parte de la sede corporativa donde la electricidad aún funciona. Esto podría ser un típico momento crítico.

Con mucho trabajo, grandes tazas de café y un poco de suerte, les lleva sólo unas pocas horas reponer los sistemas, y proporcionar de nuevo el correo electrónico básico y el servicio de BlackBerry. Pero durante el tiempo de la negociación, las horas parecen semanas. El CEO ha tenido que ceder en varios puntos clave, y quiere saber porque la inversión en virtualización no ha ofrecido la continuidad que prometió.

Lo peor es que esto podría haberse evitado. Junto a la copia de seguridad, una réplica exacta de los servidores pertinentes podría haberse mantenido sobre los sistemas virtuales, que a su vez podrían haber monitorizado la disponibilidad de los servidores físicos de correo y BlackBerry. Esto podría haber respondido inmediatamente a la inactividad, iniciando automáticamente un servicio de respaldo, permitiendo a los usuarios seguir trabajando sin interrupción.