Egipto vuelve a tener internet

El Gobierno egipcio ha restaurado el servicio de internet en el país después de ordenar un cierre sin precedentes de la red que duró prácticamente una semana. Según ha confirmado la firma de seguridad Renesys, la vuelta a la normalidad está siendo gradual y el servicio permanece disponible parcialmente, aunque páginas como Facebook o Twitter siguen topándose con problemas de conexión.

La caída de las comunicaciones móviles comenzó el pasado 27 de enero y tenía por objetivo dificultar la organización de los manifestantes. Sin embargo, los apoyos llegados desde el exterior sólo contribuyeron a dar más voz a todos los ciudadanos incomunicados, que siguieron agudizando el ingenio para organizar las protestas.

Unos 250.000 egipcios se manifestaron ayer en El Cairo para pedir el cese del presidente Hosni Mubarak, que permanece en el poder desde hace tres décadas. Las protestas espontáneas han surgido también lejos del epicentro de la revuelta en ciudades como Alejandría. Con este nuevo movimiento a favor de suavizar la censura que pesa desde hace días en el país árabe, el gobierno de Mubarak podría estar tratando de calmar los ánimos en una crispada situación social que dura ya varios días.

Lo cierto es que, teniendo en cuenta los precedentes, motivos no le faltaban al régimen de Mubarak para tratar de impedir el acceso a redes sociales como Twitter o Facebook, que ya fueron eliminadas del mapa de conexiones el día 25. Durante las protestas de Irán de 2009, Twitter fue una de las principales herramientas de los manifestantes para organizarse.

Biz Stone, co-fundador de la red social, defendió el uso de la red de microblogging con el comentado “The tweets must flow!”. Google, por su parte, tomó posiciones junto a Twitter y SayNow para desarrollar un servicio que permite publicar tweets por teléfono sin necesidad de conexión a internet. Vodafone y France Télécom optaron por restaurar los servicios móviles. Ante la avalancha de críticas y la ayuda internacional, pocas salidas le quedaban al régimen más que rendirse y dejar de contener un flujo que era ya imparable.