El almacenamiento en cinta cumple 60 años

IBM comercializó en 1952 la primera cinta magnética, capaz de almacenar la información equivalente a 30.000 tarjetas perforadas o 2 millones de bytes.

IBM celebra el 60 aniversario de los sistemas de almacenamiento en cinta magnética. Seis décadas en las que no ha parado de innovar con diversas tecnologías que han sido capaces de mantenerse en lo más alto, incluso tras la llegada de otras más efectivas, pero no tan económicas y seguras.

Fue en 1952 cuando el Gigante Azul puso en el mercado el sistema IBM 726, capaz de almacenar la información equivalente a 30.000 tarjetas perforadas o 2 millones de bytes. A día de hoy, es posible combinar múltiples sistemas en cinta para conseguir el mantenimiento de copias de seguridad de hasta 2,7 Exabytes. Para hacernos una idea, se trata de dos millones de veces más que ese primer acercamiento.

El almacenamiento en cinta sigue muy vivo

Y es que, lejos de desaparecer o quedarse obsoleta, la tecnología de almacenamiento en cinta está más viva que nunca, tal y como aseguran desde IBM. En 2010, la compañía anunció la especificación LTFS (Linear Tape File System), capaz de permitir el acceso a los datos tan fácilmente como se consigue con cualquier unidad de memoria Flash USB.

 El almacenamiento en la nube o las copias de seguridad en disco bien podrían haber destronado a los sistemas en cinta, pero los hechos nos demuestran que no es así. El caso más cercando es el de Google, que el año pasado tuvo que hacer uso de sus copias de seguridad en cinta para recuperar los datos de miles de usuarios de Gmail tras una caída de los sistemas.

 Se estima que es la tecnología más barata para el almacenamiento de datos. Las unidades de última generación son capaces de almacenar 525 MBytes/s y tienen un coste aproximado de 25 dólares por cada Terabyte. Este ahorro de costes es imposible de batir mediante otras tecnologías como los discos magnéticos, y menos aún con memoria Flash.

 IBM comercializó en 1952 la primera cinta magnética, capaz de almacenar la información equivalente a 30.000 tarjetas perforadas o 2 millones de bytes.