El CFO de Microsoft se marchará a finales de junio

El directivo se convierte en el último de una serie de ejecutivos de alto nivel que han salido de la empresa.

El director financiero (CFO) de Microsoft, Peter Klein, se marchará de la empresa a finales de junio después de que la mayor compañía de software del mundo lleve tres años y medio luchando contra la gran caída de las ventas de PC.

El veterano ejecutivo, con 11 años de actividad en Microsoft, se convierte en el último de una serie de directivos de alto nivel que ha salido del fabricante a raíz de la marcha del líder de la división de Windows, Steven Sinofsky, el pasado mes de noviembre.

Tal y como informa Reuters, algunos líderes de la industria empiezan a cuestionar si el presidente ejecutivo Steve Ballmer sigue siendo el dirigente correcto para Microsoft, cuyas acciones se han mantenido esencialmente planas en la última década.

Ante la retirada de Peter Klein, Microsoft ha declarado que nombrará a un nuevo director financiero dentro de sus filas en las próximas semanas.

“La salida del director financiero es preocupante. Por otro lado, el número de bajas que se han producido recientemente en Microsoft hacen poco probable una marcha del CEO Steve Ballmer y, menos, poco después de que se haya retirado el CFO”, ha manifestado Brendan Barnicle, analista de Pacific Crest Securities.

No obstante, Microsoft acaba de presentar los resultados de su tercer trimestre fiscal con un ascenso del 18% de los ingresos y unas ganancias de 6.000 millones de dólares, 72 centavos por acción, frente a los 5.1000 millones de dólares, 60 centavos por acción, del mismo trimestre del año anterior.

Esto ha supuesto un alza de las acciones de Microsoft del 1,5% frente a las estimaciones previas de 68 centavos por acción de Wall Street. Se trata de un balance positivo en el marco del peor descenso de las ventas de PC en las dos últimas décadas.

Pero excluyendo los ingresos diferidos de los trimestres anteriores, la unidad insignia de Windows ha registrado un crecimiento cero, ante lo que los inversores se han mostrado decepcionados en la esperanza de que haya un impulso de adopción del sistema operativo Windows 8.