El nefasto estreno de Candy Crush en Bolsa, ¿un aviso para Box?

El debut de King Digital en Bolsa ha demostrado que los inversores reclaman un negocio sólido y estable. Box tiene un negocio sólido, aunque no espera ser rentable en un futuro inmediato.

La compañía desarrolladora del juego móvil Candy Crush Saga debutó ayer en la Bolsa de Nueva York.

Los mercados cerraron dejando los títulos de la compañía un 15,56% por debajo del valor de apertura (de 20,50 dólares por acción, que ya de por sí fue casi un 10% menor que el fijado inicialmente).

El valor de la londinense King cayó 1.220 millones de dólares en su primer día como compañía pública.

La sesión de ayer ha medido el pulso de los mercados, sus miedos y las exigencias para catapultar el valor de una compañía digital. ¿Es el nefasto estreno de Candy Crush en Bolsa un aviso para Box, que ya ha iniciado los trámites de su salida a Bolsa?

Hay algunas diferencias sustanciales entre King y Box.

En respuesta al estreno de ayer, desde la compañía de juegos móviles han declarado que sus objetivos bursátiles son a largo plazo, como si la caída de su primer día de cotización fuera en consonancia con sus aspiraciones.

Pero lo cierto es que los mercados han demostrado que no se fían del modelo de negocio de la desarrolladora británica. Su marca está demasiado relacionada con un éxito, Candy Crush Saga, y esto no deja de asociarse con inestabilidad en el medio plazo. Además, los precedentes no han sido buenos para los inversores. Es el caso de Zynga, que vale hoy casi la mitad de lo que valía en su estreno en Bolsa.

King tiene a su favor su capacidad de adaptación al mercado de los juegos móviles. Es un factor positivo sin duda, aunque también amenaza con ser inestable. La reciente compra de Oculus por parte de Facebook deja entreabierta la puerta del futuro de las redes sociales y de los juegos. Sony también apuesta ya por esta tendencia.

Box, ya ha iniciado los trámites de salida a Bolsa. La compañía de almacenamiento en la nube espera recaudar 250 millones.

A diferencia de King, el negocio de Box es sólido y se alimenta principalmente de servicios que se ofrecen a empresas, un carácter que gusta a los inversores. De las 225.000 empresas que utilizan sus productos, 34.000 pagan por más almacenamiento y otras herramientas.

Con la salida a Bolsa esperan conseguir la liquidez suficiente para llevar a cabo adquisiciones que vigoricen su negocio y atraigan más cuentas corporativas.

La documentación entregada a los reguladores mostró sin embargo que Box no es rentable, ni espera serlo en un futuro inmediato. Entre sus puntos débiles destaca su inexperiencia y la creciente competitividad en el mercado del almacenamiento en la nube en la medida que la información se convierte en la columna vertebral de los negocios online.