“En cualquier relación profesional hay que caminar dos lunas en los mocasines del otro”

-¿Qué modelo de teléfono utilizas?

La verdad es que utilizo varios. El modelo principal con el que más me relaciono es la BlackBerry Bold 9900, nuestro último dispositivo que combina teclado QWERTY y pantalla táctil.

-¿Ordenador o tablet?

Ahora mismo estoy en plena fase de transición hacia el tablet con el PlayBook porque me da el servicio que necesito en movilidad. Hay un parámetro fundamental para mí que es la integración de  los servicios BlackBerry (como correo electrónico, mensajería instantánea, calendario y tareas), desde el teléfono, que es mi dispositivo de batalla, con el tablet, que me permite integrar todo en una pantalla más grande y poder hacer tareas más complejas. Pero también es cierto que todavía manejo ordenador fijo tradicional, sobre todo en momentos de trabajo de gran intensidad.

-¿De qué dispositivo no te desprenderías nunca?

Probablemente, además de mi tablet y mi teléfono principal, el otro dispositivo del que no me desprendería nunca es mi BlackBerry 8220, un modelo que ya no se comercializa pero que fue muy especial en su momento en los planes de consumo de BlackBerry. Se trata de aquel equipo clamshell y GPRS que ahora ya está obsoleto pero que continúa ofreciéndome toda la funcionalidad básica que necesito, por ejemplo para los fines de semana, en un tamaño menor al que tiene una BlackBerry 9900.

-¿Mejor invento TIC de la historia?

Sin lugar a dudas, y teniendo en cuenta mi formación como ingeniero de telecomunicaciones, el transistor. Cuando aquel pequeño chip de silicio irrumpió en la electrónica, permitiendo en sus versiones más básicas generar ceros y unos digitales con corrientes eléctricas, se desarrolló toda la base tecnológica que hace que la realidad digital sea lo que es hoy. Y es que todo el mundo a partir del cual construimos nuestras vidas digitales, nuestras vidas en redes sociales, nuestro mundo online, se basa en el fondo en una combinación de múltiples operaciones derivadas de ese descubrimiento.

-¿Qué redes sociales usas?

La inmensa mayoría: Facebook, LinkedIn, Twitter… También StumbleUpon y algunas otras menos conocidas que utilizo para poder relacionarme con el entorno digital en el que todos nos tenemos que mover ya. Si tengo que seleccionar una pondría Twitter como primera opción por su velocidad e instantaneidad. Además de poder comentar temas personales o cosas que ocurren en tiempo real, me permite trabajar de forma muy ágil.

-¿A quién admiras en el mundo TIC, y por qué?

Aunque sea probablemente una deformación profesional, una de las personas que más admiro es Mike Lazaridis. Evidentemente es el CEO de mi compañía, pero yo ya conocía sus haceres desde hace casi una década. Uno de los momentos álgidos en el que fui capaz de tangibilizar todo el gran desarrollo que habían hecho Mike y su equipo técnico fue cuando lanzaron BlackBerry Connect, una solución de software que se utilizaba para poder dar servicios BlackBerry en otras plataformas. Es algo olvidado y ya forma parte del pasado dentro de la industria de los móviles, pero personalmente fue en aquel momento cuando me di verdadera cuenta de la importancia del desarrollo que habían hecho tanto a nivel de plataforma como a nivel de sistema operativo la gente de Research In Motion.
-¿Cuál fue tu primer empleo?

Mientras estudiaba realicé algunos trabajos de tipo temporal en distintas empresas y aprovechaba los meses de verano para conseguir un dinero extra, pero el primer empleo como tal fue en los dos últimos años de carrera. Trabajaba como profesor en una academia y daba asignaturas de electricidad y de electrónica a alumnos de primeros años de mi misma carrera.

– ¿En qué empresa te gustaría trabajar (que no sea la tuya)?

Si tuviese que dar el siguiente paso después del tipo de proyecto que tengo ahora mismo en BlackBerry, yo creo que la única respuesta honesta sería en la mía propia.

-¿Cuál es el mejor consejo de negocios que has oído?

El mejor consejo que he recibido es el de “caminar dos lunas en los mocasines del otro”. Es decir, en cualquier tipo de relación hay que vivir los intereses del otro, entender muy bien cuáles son sus preocupaciones y, sobre todo, cuáles son sus problemas, para poder llegar a buen puerto. Y esto puede ser un negocio, una transacción, una colaboración, puede ser pedir ayuda o puede ser simplemente establecer una relación de cualquier tipo.

-¿Qué es lo que más valoras en un empleado?

Definitivamente, la actitud. Muchas veces cuando trabajamos con otras personas se da excesivo valor a cierta formación, que también es importante, pero lo que realmente distingue a un empleado de otro es qué va a hacer con sus capacidades cuando tenga que resolver una tarea. Lo que a mí me parece más valioso es conseguir que tus compañeros de trabajo compartan tus mismos objetivos y la forma en la que actúas en el día a día, en el medio plazo y también a largo plazo para conseguir esos objetivos que son comunes

-¿Cuál es tu mayor logro? ¿Y tu mayor fracaso?

El último logro que me viene a la mente es haber corrido el maratón de Madrid, ya que con mi edad y los recursos limitados que físicamente tengo, me hizo sentir muy orgulloso. Evidentemente para una persona lo importante es tener siempre otro objetivo que lograr después. Éste es el último, antes he tenido otros y lo que siempre intentaré en mi vida es tener una serie de metas delante por las que luchar.

En cuanto a los fracasos, cuando haces repaso de tu vida es fácil encontrar muchísimos. Cuando me he hecho más mayor me he dado cuenta de que tenía que haber dado ciertos pasos para haber progresado tanto yo profesionalmente como las empresas para las que trabajaba, y que muchas de las trabas estaban dentro de mí. Muchas veces lo que siento es eso de “me gustaría darle la vuelta atrás al reloj”, poder volver hace cinco o diez años y corregir cosas que no hice en aquel momento por falta de iniciativa. Es un fracaso personal no haber sido capaz de evolucionar más rápido.

-Si no fueses directivo de RIM, ¿qué te gustaría haber sido?

Yo creo que jugador de la NBA. Siempre jugué al baloncesto, empecé cuando hacía bachillerato y seguí jugando incluso en el equipo de mi facultad en la Universidad de Alcalá de Henares, pero no pude avanzar más porque sufrí de lesiones. Así que si no hubiese podido desarrollar mi carrera profesional y tuviese que escoger entre todo el abanico de otras alternativas, una de las cosas que echo en falta es haber podido desarrollar una carrera deportiva al mayor nivel posible.