En busca del Silicon Valley español (I)

Quizás es un dato desconocido, pero el nombre de Silicon Valley lo puso un periodista. El que hasta entonces era conocido por el accidente geográfico que lo caracterizaba, el valle de Santa Clara, se transformó en el valle del silicio gracias a la inventiva de un comunicador y a su olfato de futuro. Muchas fabricantes de ordenadores y de semiconductores…, mucho silicio, por tanto.
Eran los años 70 y empezaba el gran boom de la tecnología. Hoy, casi cuarenta años más tarde, Silicon Valley es el espejo en el que quieren mirarse las empresas TIC y, sobre todo, los parques tecnológicos en los que se concentran. Todos quieren ser el nuevo Silicon Valley, aunque sólo uno, de hecho, puede conseguirlo.
La redacción de Silicon News se aventura a buscar el equivalente español de este valle de silicio lleno de éxitos empresariales. Muchas son las apuestas repartidas por la geografía española, aunque solamente una podrá convertirse en el Silicon Valley español.
“Los parques tecnológicos son un elemento llave para crear un ecosistema de la innovación en España”, aseguraba el experto en economía regional y asesor en Sur California, Tapan Munroe, durante la última conferencia internacional de la Asociación Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE). “La recuperación económica y la viabilidad de los países a largo plazo depende necesariamente de la implantación de ecosistemas de innovación exitosos y sostenibles”, añadía entonces.
En España son varias las apuestas. “Los parques tecnológicos son entornos empresariales en los que se dan las condiciones idóneas para la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación a través de la prestación de servicios de alto valor añadido a las empresas que se establecen en ellos”, explica el director general de I+D de la Xunta de Galicia, Salustiano Mato.

Mato es también el vicepresidente y consejero delegado de Tecnópole, la gran apuesta gallega para hacerse con el título del Silicon Valley español: un proyecto con más de quince años de vida y con 550.000 metros cuadrados destinados a la innovación.


“Además de los servicios de telecomunicaciones más avanzados, se ofrece apoyo para la captación de recursos económicos, soporte en planificación estratégica, teleformación, ayuda en la transparencia de la tecnología y un largo etcétera”, explica.
La apuesta gallega, al igual que la californiana, ha seleccionado un entorno estratégico para instalar su sede: a quince kilómetros de Ourense, bien comunicado con la meseta y cerca de la sede ourensana de la Universidade de Vigo, donde se imparten las especialidades técnicas de la oferta lectiva del centro público.
En pleno proceso de ampliación, “con el objetivo de poder atender a la demanda de ocupación generada en los últimos años”, el parque ha centrado su nueva estrategia en promover las energías limpias y en la biotecnología.
La apuesta gallega no es la única del cuadrante noroeste de la península. Gijón también cuenta con su propio Parque Científico Tecnológico, que “tiene como principal objetivo el apoyo a la creación y a la instalación de empresas e instituciones basadas en ciencia y tecnología”, tal y como se lee en su página web. La concentración, que se autodenomina “campus empresarial”, ha sido impulsada por el propio ayuntamiento de la ciudad y está operativa desde el año 2000. En este caso, también muy ligado al mundo universitario.
Por el momento, ya se han adjudicado tres cuartas partes de la superficie final y el objetivo a largo y medio plazo es que tenga una influencia directa y positiva en “el entorno industrial y académico”.
Parque madrileño
En el centro de la península y con el plus de su cercanía a la capital del estado, el Parque Científico de Madrid (PCM) intenta convertirse en “un actor decisivo en la dinamización del sistema regional de I+D+i”, tal y como apuntan en su site corporativo.


“Nuestra actividad fundamental en el PCM son actividades de I+D+i en desarrollo de software para la empresa industrial nacional e internacional”, explica el consejero delegado de infor business solutions, José Vicente Ruiz. infor business solutions es una de las compañías que han apostado por este parque. “Para dar soporte a nuestro notable crecimiento en la zona centro era de vital importancia consolidar nuestra presencia en Madrid”, comenta.
“Una vez decidido esto, buscamos un valor añadido en nuestra presencia en la ciudad, por una parte un lugar que ofreciese unas instalaciones completas y representativas y por otro un fácil acceso al talento y convivir con empresas que como nosotros apuesten por el talento”.
El PCM fusiona, así, la condición de vivero con la oportunidad de volverse una sede representativa en una zona en la que es necesario estar presente.
Otras ofertas norteñas
Éstas no son las únicas apuestas de las comunidades del centro y del norte para conquistar a las empresas tecnológicas. El Parque Tecnológico de San Sebastián desea “contribuir al desarrollo socio – económico y de esta manera aumentar la calidad de vida de las personas que viven en su entorno,” para lo que concentran los “agentes económicos” para generar proyectos TIC avanzados. Creado en 1994, su inauguración se fechó en 1997.
Un poco más al este, Walqa es la apuesta aragonesa para convertirse en el Silicon Valley español. Situado a las afueras de Huesca y cercano a la frontera francesa, quiere “convertirse en un polo de innovación e I+D”, especialmente en el campo de las tecnologías de la comunicación, internet y comercio electrónico.
Más candidatos a convertirse en el Silicon Valley español