¿Es posible una segunda Internet?

Dempsey sugería tener dos redes paralelas: Internet 1 e Internet 2. La gente que quisiese más seguridad podría cambiarse a la número dos, donde habría que registrarse y meter una contraseña, mientras el resto podría seguir usando la Internet tradicional.

Entre los problemas que Dempsey describía en la Internet que todos conocemos están los típicos como robo de identidad cuando uno abre un correo electrónico o el problema de los usuarios cuando descubren que su máquina ha sido usurpada. Lo cierto, como señalan en Ars Technica, es que todos ellos no tienen tanto que ver con la debilidad de Internet sino con la debilidad en el software. Abrir un correo puede terminar en un robo de identidad, pero el correo tiene que ejecutar código o el usuario tiene que abrir un ejecutable adjunto o visitar una página web maligna que pretende ser un banco. Se puede por tanto crear un software de correo electrónico más seguro o sistemas operativos más seguros o navegadores. Cosas que además, ya se hacen.

Pero al final, el riesgo en Internet radica muchas veces en la voluntad de un usuario que da sus datos personales a un sitio con phising y cambiar la arquitectura del TCP no va a cambiar eso.

Otro de los problemas que señala Dempsey es la dificultad que existe para controlar las fronteras digitales. Lo que a Dempsey le gustaría es volver a un tipo de modelo basado en cortafuegos nacionales que controlasen la libre circulación de los criminales por Internet. Pero, como advierten en Ars, resolver el problema de jurisdicción que plantea Dempsey es muy difícil a menos que se elimine el espíritu originario de Internet, lo que la hace ser ese invento tan maravilloso: la conectividad instantánea en todo el mundo.

vINQulos
Ars Technica