Esos 10 verdes objetos del deseo del usuario TIC

Desde fabricar teléfonos biodegradables hasta alimentar servidores con energía solar, la industria tecnológica se está poniendo las pilas para reducir su huella de carbono. Descubre algunas de las propuestas más originales de los últimos meses.

Juguemos a adivinar: ¿qué absorbe la energía del sol y del agua, fabrica su propio alimento, expulsa oxígeno a la atmósfera y es beneficioso para el medio ambiente? El Plantbook, un ligero portátil compuesto por materias orgánicas que imita el modo de vida del bambú. Gracias a su estructura flexible es capaz de enrollarse sobre sí mismo hasta convertirse en un cilindro similar al tallo de una planta con, incluso, una correa en forma de hoja en la parte superior.

El usuario sólo tiene que introducir este tubo en un recipiente con líquido y dejar que la máquina se ocupe del resto. A medida que consume fluido y a través de un sistema de electrolisis, un pequeño panel de diodos orgánicos de emisión de luz (OLED) integrado separa el hidrógeno del oxígeno. Mientras el primer componente servirá como fuente de energía de la batería del ordenador en usos posteriores, el segundo es aprovechado para mejorar la calidad del aire. El proceso habrá finalizado cuando la hoja “virtual” alumbre en verde, indicando que la carga está al 100.

Conceptos arriesgados como éste de los diseñadores Seunggi Baek y Hyerim Kim están marcando la pauta en la industria TIC durante los últimos tiempos. Bien sea reduciendo las emisiones contaminantes durante el proceso de producción, ensamblando materiales sostenibles, apostando por energías renovables o facilitando el reciclaje de productos una vez agotan su ciclo de vida, las principales compañías tecnológicas han decidido reorientar su estrategia. Y es que lo verde vende; y la sociedad aprieta.

Portátiles, smartphones y la tele que se autoapaga cuando nadie la mira

El ojo vigilante de grupos ecologistas como Greenpeace se deja notar en este aspecto y no sólo para regañinas y amonestaciones. Cada año se actualizan las listas de gadgets más ecológicos a nivel mundial, un honor al que todos aspiran y que en 2010 encabezó Sony Ericsson en la categoría de smartphones. Su Aspen con sistema operativo Windows Mobile, pantalla táctil de 2,4 pulgadas y teclado QWERTY puede que no llame la atención a simple vista. Cuenta con cámara de 3,2 megapíxeles, tarjeta microSD de 4 gigabytes y conectividad a través de Wi-Fi, HSPA, Bluetooth y, ahí radica la diferencia, un corazón verde.

La carcasa de plástico reciclado en un 50% junto con el embalaje biodegradable y sus pinturas al agua ayudan a limitar la huella de carbono que se ha disparado con la misma rapidez que la pasión por los teléfonos móviles. Su cargador, también libre de productos químicos nocivos, es de bajo consumo y el manual de instrucciones viene en formato digital para ahorrar en papel de impresión. A mayores, la aplicación EcoMate anima a su propietario a cambiar el coche por las caminatas, informando de las calorías gastadas y el nivel de CO2 evitado en cada ocasión.

Otros de los galardones más preciados son la etiqueta energética de la Unión Europea, que ya lucen los televisores de la gama Aquos de Sharp, y los EISA Awards de la Asociación Europea de Imagen y Sonido, que en su última edición han reconocido al Econova de 42 pulgadas de Philips como el receptor más ecológico de todo el continente por atenuar el brillo de la imagen cuando los niveles de luz ambiente son bajos, entre otras cosas. Pero si hay un electrodoméstico de entretenimiento casero que ha despertado el interés por sus prestaciones ése es el Sony Bravia WE5, apodado cariñosamente como Eco TV.

Su principal característica es un sensor de presencia inteligente que detecta si existe un cuerpo calórico delante, es decir, si hay personas viendo la televisión o no. Así, si alguien se duerme o sale de la habitación, saltará el modo “picture off”, reduciendo sensiblemente el consumo de 116 a 60 vatios o un 50% menos de electricidad que rivales del mismo tamaño (hasta 46 pulgadas por unos 2.000 dólares). Pasados 30 minutos se quedará en “standby” y, si el espectador se despierta o vuelve a entrar en el radio de acción del aparato, se encenderá de forma automática. Por el contrario, los más responsables podrán recurrir al interruptor de ahorro, que desactiva completamente el televisor desde los 0,19 vatios del modo espera a 0.

Un ratón de corcho y un teclado solar para el ordenador

En el apartado de los accesorios periféricos más “green”, destacan el ratón inalámbrico Corky y el teclado K750 de Logitech. El primero ha quedado finalista de un concurso sobre diseño respetuoso con la naturaleza celebrado en el Centro de Conferencias MacGraw de Nueva York, donde ganó una app informática para conocer el precio de los alimentos directamente de los productores, sin intermediarios, y en el que el aparato ideado por Adele Peters se granjeó el aplauso unánime de jurado y público.

Para cargarse no necesita cables ni pilas desechables que suelen acabar en la basura como residuos tóxicos, sólo la cinética que genera la mano con cada clic y desplazamiento del puntero sobre la pantalla del ordenador, y que es recogida por elementos piezoeléctricos en su interior. Incluso girar la rueda supone un buen puñado de vatios. ¿Qué más se le puede pedir a Corky para que sea eco-amistoso? Estar fabricado con plásticos totalmente reciclados y cubierto por una capa de corcho, materia prima de la que toma su nombre.

El K750 también sustituye las alcalinas por una fuente de energía alternativa: la lumínica. De hecho está considerado el primer teclado de la historia en incorporar paneles fotovoltaicos en su estructura. Basta con exponerlo al sol (o a luz artificial) durante unas horas para asegurar un funcionamiento de hasta tres meses en la más absoluta oscuridad. Eso sí, salvo que se trabaje siempre en interiores con las lámparas apagadas, la recarga será constante. Compatible con Windows, sus teclas ergonómicas no superan las 0,33 pulgadas de alto, incorpora Wi-Fi a 2,4 gigahercios con encriptación AES de 128 bits y su precio ronda los 80 euros.

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