Las fábricas inteligentes aportarán medio billón de dólares a la economía

La Revolución Industrial Digital ya está aquí. Las fábricas inteligentes podrían aportar 500.000 millones de dólares a la economía mundial en el próximo lustro.

La Industria 4.0 ya se ve en el horizonte. La transformación digital nos conduce hacia una cuarta revolución industrial, en el que las fábricas inteligentes tendrán un papel fundamental.

Según el informe ‘Smart Factories: How can manufacturers realized the potential of digital industrial revolution’, elaborado por Capgemini a través de su Instituto de Transformación Digital, las empresas con actividad productiva estiman que la inversión en digitalización permitirá que la productividad de sus plantas crezca un 27% en los próximos cinco años, lo que representaría una aportación de 500.000 millones de dólares  a la economía mundial.

Esta cifra sería el resultado de un crecimiento anual de la productividad siete veces superior a la tasa de crecimiento anual compuesto desde 1990;  una importante racionalización de los costes, once veces superior a la conseguida desde dicho año; y la mejora de los indicadores de calidad, como el tiempo de entrega o la reducción de elementos de desecho, multiplicando por doce la mejora conseguida desde 1990.

El estudio precisa que la fábrica inteligente hace uso de diferentes tecnologías digitales, como Internet de las Cosas, analítica de macrodatos, inteligencia artificial y robótica avanzada. Y todas estas herramientas se utilizan con el objetivo de aumentar la productividad, eficiencia y flexibilidad.  Entre los procesos más destacados, la fábrica inteligente usa robots colaborativos, incorpora componentes de realidad aumentada  y utiliza tecnologías que envían avisos de alerta cuando necesitan mantenimiento.

Capgemini indica que las empresas consultadas estiman que el 21% de sus plantas serán inteligentes para finales de 2022. El pronóstico más optimista señala que más de la mitad de las fábricas (60%) podrían ser inteligentes a finales de 2022 y que el aumento de la productividad aportaría hasta 1,5 billones de dólares a la economía mundial. Los sectores que liderarán esta transición serán los siguientes: aeroespacial, defensa, producción industrial  y automoción. De hecho, se trata de actividades en las que ya trabajan personas junto a máquinas inteligentes.

Las fábricas inteligentes permitirán una reducción significativa de sus costes de explotación. El informe estima que un fabricante tipo de automóviles podría mejorar hasta un 40% su margen operativo gracias a la reducción de los gastos logísticos y de materiales, el aumento de la eficiencia de los equipos y la mejora de la calidad productiva.

La mayoría de las compañías aseguran que ya están acometiendo la digitalización de sus plantas en diferentes niveles de implementación. Sólo el 16% afirma que no ha puesto en marcha ninguna iniciativa de digitalización o que no tiene planes en un futuro próximo para transformar sus plantas en fábricas inteligentes. Y la mitad de las compañías consultadas de Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido ya trabajan con fábricas inteligentes, frente al 28% de India o el 25% de China.

Por otra parte, la transición hacia la fábrica inteligente supondrá la reducción de los costes laborales directos. Según el estudio de Capgemini, las empresa prevén que los costes laborales directos en sus fábricas inteligentes se reduzcan un 25% en el siguiente lustro. Aunque el pronóstico a corto plazo es pesimista para los puestos de trabajo no cualificado con salarios bajos, muchas compañías reconocen la gran importancia de la especialización y están actuando en en este sentido. Así, más de la mitad (54%) están proporcionado formación en competencias digitales a sus empleados y un 44% están invirtiendo en talento externo para cubrir este gap.