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Las empresas son libres de vender estos equipos en casi cualquier lugar. Estados Unidos y diversos países europeos carecen de los controles de exportación para desalentar el uso de los sistemas de vigilancia utilizados con fines represivos.

La tecnología es cada vez más sofisticada y la vigilancia, secreto de Estado. Sólo hay pequeños fragmentos que escapan de ese hermetismo. Algunos expertos en la industria aseguran haber visto convertir sus productos en regímenes en los que la policía cruza los límites de la represión.

En el caso de la reciente denominada primavera árabe, la policía conocía dónde iban a producirse los altercados gracias al control de las comunicaciones por parte del régimen de turno. Antes de poseer estas herramientas de rastreo, tenían la capacidad de obstruir las conexiones.

En Bahrein, país que vive revueltas que ponen en cuestión el régimen político actual, los funcionarios utilizan de forma habitual de vigilancia facilitada por proveedores como Trovicor, con alianzas con Nokia Siemens, en la detención y tortura de opositores políticos, de acuerdo con Nabeel Rajab, presidente del Centro de Derechos Humanos de Bahréin.

Compañías como Siemens o Nokia Siemens han proporcionado quipos a los países del norte de África y el Golfo Pérsico. Se trata de sistemas de interceptación legal de vigilancia y normalmente se comercializa a las agencias policiales de rastreo de terroristas y otros criminales.

El pack completo permite la interceptación de llamadas telefónicas, correos electrónicos, mensajes de texto y voz sobre protocolo de internet como las llamadas realizadas con Skype. Algunos productos permiten activar en secreto cámaras o micrófonos portátiles en dispositivos móviles.

Puede incluso cambiarse el contenido de las comunicaciones escritas, localizar personas a través de sus móviles o utilizar el reconocimiento de voz para escanear redes de telefonía. Es sin embargo, un negocio rentable, que además, es amparado por la ley.

Y es que pesar de las limitaciones legales (derechos fundamentales) que existen sobre la vigilancia de redes de telecomunicaciones, después de 9/11, como parte de la guerra contra el terrorismo, la administración del presidente George W. Bush autorizó a la Agencia Nacional de Seguridad para vigilar las comunicaciones desde y hacia los EE.UU.

“Tenemos que reconocer que ciertos productos de software son tan eficaces como las armas”, asegura Marietje Schaake, miembro del Parlamento Europeo, según recoge Bloomberg.

Responsables del proveedor de soluciones de intercepción y con lazos con Nokia Siemens, Trovicor, aseguran que “es un negocio legal, y es parte de todas las redes de comunicaciones del mundo civilizado”.