A fondo: 5 novias para una sola Twitter

Los rumores insisten sobre una posible operación de adquisición de la red de microblogging, para la que sobran pretendientes.

Hace un año, Jack Dorsey “regresaba” a Twitter por la puerta grande. La Junta Directiva de la compañía lo promocionaba de CEO a interino a CEO definitivo para cubrir la vacante dejada por Dick Costolo. Lo hizo tras pasarse meses buscando un sustituto de garantías capaz de sacar partido a lo que había construido a su alrededor esta red de microblogging, desde su nacimiento una década atrás. Se necesitaba un candidato capaz de rentabilizar la popularidad lograda por esta plataforma entre los internautas. De monetizar, y de hacerlo de una vez por todas, la estrategia de negocio de Twitter. Dorsey no era un cualquiera. Ya había actuado como CEO de esta misma firma en una etapa anterior, además de ejercer como presidente y de ser uno de sus cofundadores. Poseía amplios conocimientos de las interioridades de Twitter y experiencia paralela en el mundo empresarial, gracias a la creación de Square.

Pero ahora parece que a Twitter se le va a buscar otra salida. Durante la última semana se han incrementando los rumores sobre la venta de esta red social. Este tipo de especulaciones no pillan a nadie desprevenido, vienen de lejos y se explican básicamente por la falta de rentabilidad. En su día se llegó a decir incluso que Twitter había entablado conversaciones con Yahoo, otro gigante tecnológico en apuros, para estudiar una hipotética fusión de sus negocios. Pero al final Yahoo ha acabado absorbida por Verizon y se ha visto alcanzada por sus propios problemas. ¿Y qué pasa con Twitter? Lejos de apagarse la rumorología, la posibilidad del cambio de dueños sigue sonando con fuerza. Sus activos podrían acabar en manos del mejor postor en cuestión de meses. ¿Serán ciertos los cotilleos? ¿Acabará Twitter colgando el cartel de ‘vendida’ antes de que termine el año?

Recientemente le han salido al menos cinco pretendientes de postín. Primero se habló de una potencial compra por parte de Google, que a pesar de liderar en otras áreas de negocio online no ha conseguido el tirón esperado con su propia red social, Google+. Otro posible comprador que se baraja es Salesforce, dueña de Chatter. En las quinielas se incluye asimismo a una Microsoft que cada vez da más valor al sector del cloud, que cuenta con soluciones que facilitan la colaboración entre personas y que se ha hecho de forma sorpresiva con la red social para profesionales LinkedIn. Antes de esta compra, Microsoft ya tenía representación en redes sociales vía Yammer. A pesar de haber ganado la puja por Yahoo, Verizon se cuela en la lista de candidatas a una adquisición tecnológica de grandes dimensiones, una vez más. Mientras que el quinto y último nombre que ha saltado a la palestra es el de The Walt Disney Company, donde curiosamente Dorsey desempeña el rol de director independiente.

Cualquiera que intente integrar a Twitter en su estructura ganaría, sobre todo, una potente herramienta de comunicación que se ha convertido en la alternativa elegida por millones de personas para informarse en tiempo real de lo que sucede alrededor del mundo. Twitter cuenta en estos momentos con 313 millones de usuarios mensuales activos, si bien su crecimiento no está siendo el más espectacular de todo el entramado de redes sociales que existe. De hecho, ha decrecido. En febrero de este año, por ejemplo, tenía 320 millones de adeptos. Y eso que dicha cifra, perteneciente al cuarto trimestre de su año fiscal 2015, suponía estancarse. Era la misma con la que ya había terminado el trimestre previo. Aún así la cantidad de datos que maneja Twitter ya no cada día, sino cada minuto, es brutal. A su propio sistema de tuits, o mensajes cortos, hay que añadirle herramientas extra como Vine o Periscope.

El gran escollo, de entre todo lo que lastra a Twitter, es que informe de resultados tras informe de resultados pierde dinero. No ha encontrado la clave para ser rentable, a pesar de su apuesta por la publicidad, sus asociaciones con anunciantes y el hecho de que los ingresos sí que van al alza. El anuncio de resultados para el Q2 de 2016 evidenció que sólo en tres meses es capaz de dejarse 107 millones de dólares, o 0,15 dólares por acción, por el camino. Y esas pérdidas trimestrales han llegado a ser bastante más. Una de sus últimas ideas consiste en permitir a las marcas patrocinar el streaming de vídeo, aunque el rédito aquí todavía está por comprobar. Además, la competencia de rivales como Snapchat e Instagram supone un quebradero de cabeza adicional, una comparación continua. Eso por no hablar de la expansión y diversificación de Facebook, que tan sólo le saca dos años de antigüedad.

Una operación de 20.000 millones de dólares

“Twitter no es la primera gran empresa de Silicon Valley que no ha logrado rentabilizar el tráfico de su sitio. LinkedIn y Yahoo han seguido un camino similar después de que unas estrategias de transformación fallidas se pusieran en marcha”, recuerda John Colley, profesor de Práctica en el grupo sobre Estrategia y Negocios Internacionales de la Warwick Business School, acerca de las operaciones de junio y julio. Y las dos, tanto LinkedIn como Yahoo “alcanzaron altos precios a pesar de la falta de claridad acerca de cómo podrían triunfar los compradores, Microsoft y Verizon”, a la hora de no tropezar “en el sitio donde había fallado la administración original”. Ante la posibilidad de que Twitter copie el ejemplo de “los generadores de pérdidas LinkedIn y Yahoo”, este analista especializado en grandes adquisiciones dice que “los precios por los que se vendieron LinkedIn, en 26.000 millones de dólares, y Yahoo, en 4.800 millones de dólares, habrían proporcionado mucho estímulo a los accionistas de Twitter”.

Los accionista de Twitter “esperarán un precio cercano a los 20.000 millones de dólares”. Y esto no debería de ser muy difícil ya que “sigue habiendo un montón de grandes empresas en Silicon Valley con dinero en efectivo para gastar que creen que pueden tener éxito donde los equipos de gestión titulares han fracasado”, señala John Colley. Habría aspirantes a la compra que creen saber cómo monetizar, cómo crear la tracción necesaria. ¿Es entonces la venta la mejor opción para Twitter? Todo depende de cómo se mire. El propio Colley deja caer que “la historia de las principales adquisiciones de tecnología no tiene una buena lectura, con una tasa particularmente alta de destrucción de valor”. E insiste: “la mayoría de las grandes compras destruyen valor, siendo revendidas más de la mitad en el plazo de cinco años”. Aunque en ese caso ya habría dejado de ser responsabilidad directa de sus creadores.

“Resulta difícil encontrar grandes adquisiciones exitosas en el sector de la tecnología, tal y como Microsoft y Hewlett Packard pueden dar fe”. La segunda “empaquetó recientemente un mínimo de 18.000 millones de dólares en adquisiciones de negocios de software, sobre todo pasados a pérdidas”, comenta Colley, y al final los colocó “por 2.500 millones de dólares en efectivo más la mitad de las acciones. Una admisión de que había pagado demasiado por ellos y no podían hacerlos funcionar”. Eso sí, “la buena noticia para Twitter”, dice el profesor de la Warwick Business School, “es que las empresas tecnológicas son particularmente propensas a un exceso de confianza en las adquisiciones, con grandes precios”. Y aunque “Twitter ha perdido gran parte de su valor desde la salida a bolsa en 2013, las ganancias por la venta podrían representar varios miles de millones para cada uno de los principales accionistas”. De dar los rumores como buenos, “habrá un montón de interés y un precio muy alto” y esto supone “cierta compensación para un negocio fallido” como el analizado.