Los fracasos de Telefónica

A Vivendi se la daba por muerta, pero al final la compañía francesa de comunicaciones ha sacado un as de la manga y ha elevado la oferta, llevándose el premio gordo de la última lotería de las telecomunicaciones, a la brasileña GVT.

Brasil es un mercado muy atractivo, al que Telefónica ya ha destacado alguna vez como su más que potencial foco inmediato de crecimiento. La teleco está en fijo, pero en una zona limitada del país, y en móvil, de la mano de Portugal Telecom con Vivo, pero esta presencia no es suficiente para aprovechar las múltiples oportunidades que la compañía podría tener en un mercado semejante. Que Vivendi haya tomado la delantera, puede interpretarse como un fracaso.

GVT es por tanto un fiasco, aunque Telefónica ya ha asegurado que continuará luchando por un hueco en el mercado brasileño, pero no es el único error que la operadora ha comentido. En el último año, al menos se pueden contabilizar una negociación fallida y una apuesta que se ha quedado en mucho ruido y pocas nueces.

En negociaciones, Telefónica tampoco lo está pasando bien con Prisa, con quiere ir de la mano en Digital + y así reforzar su oferta televisiva ligada a su paquete de ADSL. Las negociaciones vuelven a ir “por buen camino”, después de unas cuantas noticias señalando cuernos y otras dilaciones. Y firmar con Prisa puede ser más que importante ya que, a pesar del encanto que tiene su oferta de televisión en su última campaña publicitaria, los usuarios no se quedan con Imagenio.

En breve, sábado 21, Keteke cumplirá un año. “La primera red social multiplataforma” era una de las grandes apuestas de la compañía para conquistar al público joven y para estar en un mercado en el que todos quieren y deben estar. La presentación fue por todo lo alto, socialite de renombre incluída.

Telefónica se trajo del otro lado del charco a Paris Hilton, pero la rica heredera no fue suficiente para conseguir atraer las miradas hacia Keteke. Casi un año después, en la red empieza a hablarse de fracaso.

Remontándose en la historia reciente, más son los fracasos de Telefónica. Por ejemplo, en 2000, la compañía estaba encaminada hacia la fusión con KPN (dueña ahora en España de Simyo).


Las negociaciones se rompieron. “Telefónica y KPN han decidido hoy de común acuerdo terminar las conversaciones de integración de sus respectivos negocios por considerar que no concurren las circunstancias idóneas para alcanzar el éxito de la operación”, publicó la firma en un escueto comunicado.

La prensa de la época hablaba de presiones políticas y poca confianza en la operación por parte de la dirección. Cinco años después, el matrimonio con KPN volvió a verse como una posibilidad potencial, The Wall Street Journal mediante. Telefónica desmintió esa posibilidad.

La firma también tuvo fracasos en el terreno online, con bastante mala pata en sus aventuras. Noxtrum, un buscador ligado a Páginas Amarillas cuando éstas lo estaban a Telefónica, hechó el cierre unos dos años después de estrenarse. Lycos, el otrora famoso portal online, se convirtió en un caballo perdedor cuando Telefónica decidió apostar por él.

Apuesta arriesgada también pudo ser la entrada de la teleco española en el mercado de la República Checa. O2 presentaba, cuando se hablaba de resultados positivos para fin de semestre, cifras altamente pesimistas, que no han mejorado en el último trimestre.

La República Checa da dolores de cabeza, como también lo han hecho Italia o Argentina. Renovar la presencia en Telco, compañía que mete a Telefónica en Telecom Italia, fue doloroso; presiones políticas mediante. En Argentina, la filial de la teleco ha estado pleiteando en los últimos años con el Gobierno del país, al que acusaba de haberle hecho perder dinero.

Estos son algunos de los últimos fracasos de Telefónica… aunque no todos. En su descargo, hay que señalar que es difícil ser una empresa del tamaño que tiene la operadora y no equivocarse nunca. En el camino también han quedado buenas decisiones y jugadas más que estratégicas, que se lo pregunten si no a los abonados de la competencia que quieren hacerse con algunos de los teléfonos de deseo más conocidos de los últimos años. Movistar es el único camino hacia ellos.