Gartner urge la aceleración digital de las empresas

La consultora reconoce que la tecnología necesaria es inmadura, pero las empresas establecidas deben hacer la transformación digital y crear indicadores claros del progreso si no quieren desaparecer ante la creciente competencia.

La consultora Gartner urge a las empresas a que aceleren la transformación digital que muchas ya han iniciado porque, de lo contrario, se encontrarán totalmente amenazadas por las nuevas empresas digitales, que cada vez impactan más industrias y sectores económicos. En el simposio ITxpo realizado en Barcelona la semana pasada, Gartner hizo esta advertencia, pero a la vez reconoció que el camino será largo y difícil, porque la tecnología necesaria, especialmente la inteligencia artificial, es “inmadura”.

Cada vez hay más sectores económicos donde el comercio electrónico se acerca al 20% o más de la facturación y, llegados a este umbral, es muy difícil que no siga adelante, llegando a quedarse incluso con un porcentaje mucho más significativo a partir del 2020 y poniendo en riesgo la supervivencia de muchas empresas establecidas que no hayan hecho el cambio hacia la economía digital.

Peter Sondergaard, responsable de investigación de Gartner, explicó que los disruptores digitales están encontrando nuevas oportunidades de negocio y atacando sin cesar a las empresas establecidas para acaparar una mayor parte de la demanda de los consumidores y profesionales. “La economía pone de relieve las debilidades de las empresas presentes en los mercados tradicionales”, señaló Sondergaard a los más de 6.000 CEO y CIO de toda Europa que asistieron al simposio ITxpo que la consultora organiza cada año en noviembre en Barcelona.

Las nuevas empresas digitales están explotando en su beneficio el exceso de capacidad que existe en las cadenas de suministro, la disponibilidad de nuevas plataformas de comercio electrónico y los nuevos canales de distribución y de marketing para ganar cuota de mercado en todos los sectores, añadió el directivo de Gartner en su ponencia inaugural, con argumentos que fueron desglosados después por distintos analistas de la consultora a lo largo de los cinco días de simposio con centenares de ponencias.

Gartner reconoce que muchas empresas establecidas están haciendo bien los deberes para entrar en la nueva economía digital y los importantes retos a los que se enfrentan. Uno de los principales es que la tecnología que soporta la transformación digital es en gran parte experimental y no será efectiva hasta el periodo del 2020 al 2025. El otro es que no existen indicadores claros para seguir el progreso realizado y la rentabilidad del proceso.

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Pese a la incertidumbre, Gartner sostiene que las empresas establecidas no tienen otro remedio que entrar de lleno en el proceso de transformación digital y explorar distintos caminos hasta encontrar los más beneficiosos en su caso. El riesgo de no hacer nada y esperar a ver qué ocurre es demasiado elevado, porque se pueden encontrar a principios de la próxima década con su virtual desaparición en beneficio de las empresas establecidas que hayan acertado en la estrategia y de los nuevos competidores digitales.

El simposio de este año no giró, de esta forma, en si hay que hacer la transformación digital, porque se da por descontada, ni tampoco en la disponibilidad de nuevas herramientas y procesos como la inteligencia artificial, IoT, las plataformas digitales y, por supuesto, del negocio basado en la nube híbrida, que ya nadie discute y emplea en muchos casos. El problema que se puso de relieve es que hay que navegar en territorio desconocido, la tecnología aún es incipiente y, por si fuera poco, existen muy pocos especialistas, sobre todo en el desarrollo de las técnicas y programas de inteligencia artificial, que serán una parte muy importante del proceso general. La seguridad de los datos a todos los niveles es otro de las grandes temas que hay que extremar.

Como el simposio ITxpo va dirigido especialmente a los responsables tecnológicos de las grandes empresas, la buena noticia para ellos es que su función será cada vez más estratégica y ejecutiva y dependiente directamente de dirección general, a la que se le pide una total involucración. Pero este papel más decisivo se deberá hacer con el mismo o menos presupuesto tecnológico, porque no es previsible que las empresas crezcan mucho en facturación y rentabilidad, aunque sea el objetivo prioritario.

Las herramientas tecnológicas son ahora más asequibles y generalizadas. El esfuerzo deberá hacerse, por tanto, en encontrar la estrategia más adecuada en cada caso y en el uso de las herramientas más útiles. La pura gestión de la tecnología perderá relevancia, porque el empleo de las tecnologías es más sencillo y en gran parte económico. Lo que importa, se enfatizó en el simposio, es saber manejarlas bien y conseguir el objetivo deseado.

El nuevo papel del responsable tecnológico (CIO) en la próxima década estará definido por tres ejes fundamentales, según Gartner: como socio de tecnología digital, como constructor digital y como pionero digital. Como socio se le pedirá que trabaje de forma más transaccional, con el foco en la gestión de los servicios, el núcleo de la tecnología, la rentabilidad y también el enfoque digital. Como constructor deberá diseñar y poner en marcha nuevos productos y servicios y trabajar codo con codo con otros pilares de la organización. Y como pionero tendrá que actuar como emprendedor, construir nuevos negocios y capacidades en su empresa y lograr nuevas fuentes de facturación y rentabilidad.

El objetivo general fundamental para las compañías es crecer, tanto en tamaño dentro de su sector como en abarcar otros sectores. Y mantener a raya a los nuevos competidores. Tampoco cabe lamentarse ni en analizar con mucho detenimiento lo que está pasando sino que es tiempo de actuar y rápidamente, porque los nuevos y viejos competidores no estarán quietos y el riesgo cierto es desaparecer.

Por si la situación no fuera suficientemente grave para muchos y más sectores económicos, se deberá actuar con una brújula bastante imprecisa y poco fiable. No existe varita mágica para el éxito de la estrategia que se vaya a ejecutar. Lo que está bastante claro, se vino a decir, es que si no se hace nada se desaparecerá o la empresa en cuestión se volverá irrelevante.