¿Hacia dónde avanzan los smartphones? 7 tendencias a tener en cuenta

La mayor parte de los teléfonos móviles que se venden en la actualidad son ya smartphones, una categoría que todavía no lo ha dicho todo en materia de innovación.

Internet y móvil se han convertido durante los últimos años en dos palabras inseparables, dando lugar a los smartphones que, por supuesto, también cuentan con otras características propias como un almacenamiento superior, la diversidad de aplicaciones, lo táctil (casi siempre) o la multitarea. Este compendio de características que convierten a unos dispositivos de reducidas dimensiones en auténticos ordenadores de bolsillo ha ido calando entre los consumidores, que a la hora de comprarse un teléfono móvil prefieren que sea inteligente antes de optar por alternativas de gama de entrada. Y es que el potencial de uso parece pesar sobre el desembolso económico. De hecho, se calcula que seis de cada diez terminales despachados por los fabricantes a día de hoy son smartphones, especialmente con sello de Samsung.

Pero también de Apple, Huawei, LG, Lenovo, que cierran el top 5 de ventas a nivel mundial, sin olvidarse de los igualmente conocidos HTC, Sony, Nokia-Microsoft, BlackBerry y Motorola, entre otros. Son muchos los nombres que  reclaman la atención de los usuarios mientras buscan diferenciarse (o simplemente impactar) con nuevas formas de entender el concepto de teléfono móvil. Tanto física como interiormente, los smartphones están evolucionando en varias direcciones:

1. La curva es bella. Podían tener las esquinas más o menos redondeadas, pero la sensación general de los smartphones hasta fechas recientes era la de dispositivos planos (y a poder ser delgados). Siguiendo las tendencias en el mercado de televisores, Samsung y LG han querido romper con esta tradición a través del desarrollo de sendas pantallas flexibles que derivan en teléfonos de perfil curvo bautizados, como no podía ser de otra forma, como Galaxy Round y G Flex. Además de lucir una estética vanguardista con la que se alejan de cualquier rival presente en el mercado, estos dispositivos juegan con los ángulos para admitir funcionalidades extra , ya sea consultar información con el panel apagado, facilitar el control de aplicaciones o mejorar las conversaciones porque tanto los altavoces como el micrófono se encuentran más cercanos al oído y la boca de su dueño. La esperanza ahora es que la investigación continúe avanzando y en el futuro haya smartphones  realmente flexibles que se puedan doblar y enrollar sin romperse.

2. Ante las inclemencias, buena carcasa. Y si hablamos de no romperse, uno de los requisitos que parecen inexcusables en los smartphones es que garanticen la mayor resistencia posible a factores externos con tecnologías anti-agua, anti-polvo, anti-arena, anti-rayaduras o anti-reflejos. Los móviles a prueba de bombas, sin caer en la “ruggerización”, son la especialidad de algunas compañías tipo Sony, que ha llegado a someter a sus creaciones a la visualización de contenidos y a la grabación de vídeo estando sumergidas. También hay modelos que se autorreparan frente al desgaste, como el propio G Flex con revestimiento elástico. Y es que no todo el mundo utiliza fundas para proteger su smartphone… ni todo el mundo es igual de habilidoso a la hora de sostenerlo (o en su defecto, de cazarlo al vuelo para evitar el fatal impacto). Y tampoco todo el mundo se puede resistir a llevar el móvil a la playa, sacarlo mientras se toma una copa o utilizarlo en el baño. ¿Llegará un día en el que los smartphones sean irrompibles (e incorruptibles)?

3. A lo “Lego”. Para marcar la diferencia, nada mejor que autorizar al usuario a que deje su impronta en el que va a ser su fiel compañero, su smartphone. La personalización del dispositivo puede convertirse en el mejor reclamo de venta. Por esta línea está caminando Motorola que, más allá de presentar un Moto X muy estadounidense con 2.000 combinaciones posibles entre color, acabado, memoria y otros detalles, trabaja en un proyecto de smartphones con arquitectura modular de la mano de Phonebloks. La idea es que los principales componentes del terminal se conviertan en piezas clave de un gran puzzle, donde el tamaño varíe en función de las necesidades del comprador. Aquí entran desde pantallas hasta baterías pasando por teclados, procesadores, unidades de memoria, sensores y cualquier otra pieza con función específica. ¿La ventaja? No haría falta sustituir el smartphone por otro nuevo cuando éste llegase al final de su vida útil o cuando sufra un fallo, sólo el elemento que no funcione, o el hecho de que se podría ir amoldando a circunstancias  particulares, teniendo al alcance los recambios precisos.

4. ¿Es un teléfono? ¿Es una cámara? Es un smartphone. Una de las guerras más interesantes que se están oliendo en este segmento es la que compete a las cámaras fotográficas, cada vez más potentes, con más funciones y, por supuesto, mejor resultado final al mostrar la imagen capturada. Se puede afirmar que los smartphones están avanzando hacia algo más que la condición de sustituto resultón. Nokia está apostando duro con PureView, a través de un sensor de alta resolución de 41 MP, óptica Carl Zeiss con seis lentes físicas, estabilizador óptico y captura ampliada por píxeles, que ha estado incluyendo en sus modelos siempre que ha tenido ocasión. Otras como Apple siguen inamovibles en los 8 MP pero con un sensor un 15% más grande para acoger en su interior píxeles asimismo de mayor tamaño, de 1,5 micrones, además de engancharse a la apertura ƒ/2,2. Y así cada una con sus puntos a favor. Samsung ha construido una versión del Galaxy S4 con lente de zoom 10x, HTC habla de ultrapíxeles, Sony tiene smartphones con cámara de 20,7 MP compatible con vídeos e imágenes Full HD y Nikon no descarta presentar su propia opción.

5. El asombroso terminal creciente. Todos (o prácticamente todos) los fabricantes de telefonía han caído en la fiebre de los smartphones con pantallas de medidas gigantescas, hasta tal punto que se ha detectado una especie de subcategoría de límites difusos llamada “phablet”, que consiste en la fusión del smartphone con el tablet PC. Sin embargo, al contar con capacidades de llamada, el phablet sigue siendo considerado un teléfono. Todo esto significa que las 3,5 pulgadas ya no son las dimensiones apolíneas a nivel móvil, sino que se tiende hacia las 5 o incluso las 6 pulgadas ya que permiten acaparar mucho más con un sólo golpe de vista y dar importancia a lo que verdaderamente la tiene: el contenido. Por su parte, los modelos que no dan esa talla llegan a considerarse versiones en miniatura, por amplios que sean. Ambos extremos se antojan necesarios para contentar a todo tipo de usuarios, aunque la previsión es que se siga explotando la amplitud de los paneles con resoluciones también mayores.

6. Hacia los 64-bit. Apple ha abierto la veda con la introducción de su chip A7 de 64-bit en el iPhone 5s, su nuevo buque insignia junto al colorido iPhone 5c. Con mil millones de transistores, este diminuto componente dice ofrecer hasta 40 veces más rendimiento de procesador y unas 56 veces más velocidad gráfica que lo que daba de sí el chip del iPhone original, lanzado ya hace unos años, o aproximadamente el doble que la generación previa. Esto es, en términos de potencia se encuentra más cerca que en ocasiones anteriores, y que otras alternativas, de los ordenadores portátiles y de sobremesa, y también da la oportunidad de mejorar en otros aspectos como el tamaño de memoria, la fluidez de la experiencia de usuario o el desarrollo de aplicaciones más atractivas y completas. Ya se espera la respuesta de su máximo rival, Samsung, y habrá que ver cuánto tiempo tarda en sumarse el resto de la competencia.

7. Huella sólo hay una. La seguridad es otro punto vital para convencer a las personas interesadas en hacerse con un smartphone. ¿Cómo mantener a raya a los avispados ciberdelincuentes? ¿Cómo evitar robos cuando el terminal ha caído, por accidente, en manos ajenas? ¿Cómo blindar la información personal? Además de aplicar como es debido ese buen consejero que es el sentido común o de instalar soluciones de software, también se están implementado medidas de hardware que contribuyen a la identificación de la persona que se dispone a utilizar un dispositivo como dueño legítimo. Es el caso del promocionado, puede que replicado y sin embargo cuestionado sensor dactilar Touch ID del nuevo smartphone de Apple que es capaz de soportar múltiples huellas o admitir la autenticación biométrica en aplicaciones o para desbloquearlo. El HTC One Max ha seguido ya su ejemplo, mientras que otras alternativas de identificación única e inequívoca podrían ser el reconocimiento de patrones de voz, del iris o del rostro. ¡Bienvenidos al futuro!