IBM tendrá su propia unidad de Internet de las Cosas

El Gigante Azul destinará 3.000 millones de dólares a lo largo de cuatro años para dar vida al que es su nuevo objetivo en el segmento de los dispositivos conectados y el Internet de las Cosas.

Cada vez hay más dispositivos en el mundo, y más variados, y cada vez están más conectados entre sí, dando alas a ese fenómeno tecnológico que se conoce como Internet de las Cosas.

Por eso no debe extrañarnos el último movimiento que ha hecho IBM. El Gigante Azul ha proclamado su intención de dar vida a una unidad propia dedicada, precisamente, al ámbito del Internet de las Cosas y que estará dirigida por el veterano ejecutivo Pat Toole.

Además, ya se está hablando de poner a disposición de las empresas una plataforma cloud de carácter abierto, bautizada sin más vueltas como IBM IoT Cloud Open Platform for Industries, que permitirá manejar una gran cantidad de información y desarrollar mejores soluciones. O al menos ésa es la intención.

La estrategia que está trazando esta firma norteamericana también debería servir para dar forma a decisiones fundamentadas en el marco del Internet de las Cosas.

Otros elementos de la ecuación son IBM Bluemix IoT Zone, tirando del concepto “plataforma como servicio”, e IBM IoT Ecosystem, para un trabajo coherente de las compañías.

“Nuestro conocimiento del mundo crece con cada sensor y dispositivo conectado, pero con demasiada frecuencia no actuamos sobre ello, incluso cuando sabemos que podemos garantizar un mejor resultado”, comenta Bob Picciano, vicepresidente sénior de IBM Analytics, cuya empresa habla de un 90% de datos no analizados.

“IBM permitirá a los clientes y socios de la industria aplicar datos IoT para construir soluciones basadas en una plataforma abierta”, continúa Picciano de forma más explícita. “Éste es un aspecto importante de la inversión para IBM porque supone una rica oportunidad de carácter amplio donde la innovación importa”.

IBM invertirá una buena cantidad de dinero, que se ha estimado en 3.000 millones de dólares, para alcanzar el objetivo que se ha autoimpuesto en un plazo de cuatro años.