La dependencia del edge y el centro de datos de 4ª generación, dos grandes tendencias en 2018

Los centros de datos de 4ª generación se convertirán en el modelo de las redes informáticas de la década de 2020, de acuerdo con los expertos de Vertiv.

El aumento en los volúmenes de datos, impulsado en gran medida por los dispositivos conectados, ha provocado que las empresas vuelvan a evaluar sus infraestructuras de TI para satisfacer unas exigencias cada vez mayores de los consumidores.

Muchos responsables informáticos en las organizaciones están optando por acercar sus instalaciones al usuario final, o al edge.

En este contexto, los centros de datos de 4ª generación están emergiendo y se convertirán en el modelo de las redes informáticas de la década de 2020. La aparición de este centro de datos dependiente del edge es una de las cinco tendencias de centros de datos para 2018 establecidas por los expertos de Vertiv (anteriormente Emerson Network Power).

El centro de datos de 4ª generación integra de forma holística las instalaciones centralizadas y el edge, convirtiendo estas nuevas arquitecturas en algo más que simples redes distribuidas. Esto ya está ocurriendo con las nuevas arquitecturas, compuestas por módulos escalables y económicos que aprovechan soluciones optimizadas de Thermal Management, fuentes de alimentación de alta densidad, baterías de ión-litio y unidades avanzadas de distribución de potencia, que proporcionan capacidad en tiempo casi real.

Por otro lado, la proliferación de instalaciones de colocation también permite a los proveedores de servicios en la nube elegir socios en lugares que se ajustan a la demanda del usuario final, donde pueden operar como instalaciones edge.

A medida que más empresas mueven sus recursos informáticos hacia el edge es necesario evaluar las instalaciones que albergan estos recursos y la propiedad de los datos incluidos en ellos. Mover los datos de todo el mundo a la nube o a una instalación centralizada para su análisis es demasiado lento y complejo, por lo que cada vez más clústeres de datos y capacidades de computación se sitúan en el edge, que reside en distintas ciudades, estados o países (no necesariamente en el lugar de la sede de la empresa).

¿Quién consta como titular de los datos y qué está permitido hacer con ellos? En 2018, cada vez más Gobiernos y organismos reguladores de todo el mundo se verán ante el reto de tener que dar esta respuesta.