Infineon abre 2009 en números rojos

Infineon tenía razón cuando pronosticaba, al cierre de su Q4, un futuro difícil. La compañía acaba de presentar sus resultados para el primer trimestre del año, unas cifras negativas que hacen que la fabricante alemana de chips inicie el año en números rojos.
La pérdida neta del grupo, en el que se enmarcan otras formas en problemas como Qimonda, alcanza los 404 millones de euros en el Q1, siendo las pérdidas netas asociadas a las operaciones continuas de la propia Infineon 116 millones de euros (288 en las operaciones discontinuas).
Los ingresos tampoco han sido buenos. La firma ha conseguido una caja de 830 millones de euros, que no superan ni el cierre del Q4 ni el Q1 de 2008. El crecimiento negativo es del 28% frente al trimestra anterior y del 24 frente al mismo período del año precedente.
“El decrecimiento secuencial refleja el decline en ingresos en todos los segmentos operativos de la compañía debido a la significativa bajada de la demanda como resultado de la ralentización de la economía global y a las correcciones de inventario en las cadena de suministro electrónica”, explica la firma en un comunicado a los medios.
Infineon asume que la caída continuará en el segundo trimestre y que las reducciones de inventario seguirán a lo largo de todo el año. De hecho, prevén una caída del 10% en los ingresos del Q2 frente al Q1 de 2009.
La firma continuará con su política de contención de gastos, que consideran está dando buenos resultados, y seguirá lidiando con el peso muerto que para la compañía supone Qimonda.
Qimonda, exposición para Infineon
Las previsiones de Infineon en el último trimestre han saegurado prácticamente su clarividencia. Qimonda, en la que la compañía tiene una participación, se ha convertido en un lastre que, como reconocían en diciembre, sería difícil de vender. La declaración en suspensión de pagos de la fabricante de chips no ayudará a la venta.
Infineon asume que la decisión de Qimonda afectará a su propio negocio, que se verá lastrado por las posibles repercusiones que pueda tener la situación de la firma. De hecho, la alemana ha preparado una partida presupuestaria de 195 millones de euros para cubrir cualquier “contingencia”.
La compañía adelanta también que en un futuro próximo reconocerá las pérdidas asociadas a la compañía (100 millones de euros según sus cifras a 31 de diciembre) y que espera que el concurso de acreedores ayude a “desconsolidar” su participación en el Q2.
Suspensión producción
Por lo que respecta a su asociada, la prensa portuguesa destaca hoy la última suspensión en la producción en la planta con la que Qimonda cuenta en Vila do Conde, Porto.
Esta decisión está impactando en el ambiente laboral, ya que los trabajadores empiezan a temer “que la fábrica incluso cierre“, como publica Jornal de Noticias.