La implantación de SSD en los datacenter reduce la factura eléctrica

Según un estudio de mercado de iSuppli, el incremento en el uso de unidades de estado sólido permitiría ahorrar la misma energía que consumen algunos países africanos en un año.

iSuppli, especializada en estudios de mercado de la tecnología SSD (unidades de estado sólido), ha publicado un informe en el que se indican las bondades de su implantación en los centros de datos.

Estos sistemas de almacenamiento no solamente ofrecen un mayor rendimiento a la hora de realizar las transacciones de almacenamiento, sino que también consumen muchos menos recursos energéticos.

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Actualmente, la tecnología SSD no ha conseguido el índice deseado de penetración en el mercado, debido sobre todo a sus altos precios de fabricación y a otros detalles como la diferencia entre las tasas de lectura y las de escritura, pero poco a poco se va imponiendo en los centros de datos, como es el caso del hardware de Sun Microsystems.

En el estudio se pone de manifiesto los importantes ahorros en el consumo energético que las compañías podrán experimentar durante los próximos años. En concreto, iSuppli asegura que la correcta implementación de SSD en los centros de datos permitirá reducir el gasto en 166.643 Megavatios a la hora en 2013.

Esta cifra se correspondería al consumo total anual de países como Gambia (África).

Para ello, la implantación de SSD debería reemplazar el 10% de las unidades de disco tradicionales en los centros de datos, aquellas que ofrecen un elevado número de revoluciones por minuto (15.000 rpm).

Cada una de estas unidades SCSI consume habitualmente unos 14 vatios al día. Mientras tanto, las unidades SSD son capaces de consumir tan sólo 7 vatios, un 50% menos, lo que significa una importante mejora.

Por el momento, las unidades SSD se están comenzando a utilizar tan sólo en determinadas acciones de lectura y escritura de altos requerimientos, como es el caso de las relacionadas con servicios financieros o Web 2.0. No en vano, hay que recordar que la memoria NAND Flash (la que se utiliza en SSD) es capaz de realizar operaciones de lectura/escritura 100 veces más rápido que los discos tradicionales.