La seguridad en la red, a debate en Londres

Londres acoge estos días una conferencia de 48 horas de duración en la que se plantean los desafíos que plantea el nuevo entorno web especialmente orientados al ámbito de la seguridad.

Han sido numerosos los asistentes que han querido participar en las conferencias: desde funcionarios oficiales a firmas de tecnología, pasando por bloggers y expertos en seguridad. La ausencia que más se ha dejado notar ha sido la de Hillary Clinton, que cancelaba la cita en el último momento.

William Hague es una de las caras más conocidas de la alta diplomacia británica. Miembro del Partido Conservador, ha sido el encargado de pronunciar el discurso de apertura. Hague ha hecho hincapié en los muchos beneficios de la red, que no pueden cortarse restringiendo el acceso a internet, como ha ocurrido en muchos países.

“Debemos aspirar a un futuro en el que el ciberespacio no sea deformado por el control gubernamental y la censura”, ha dicho. Para Hague, la red tiene que ser “un espacio donde la innovación y competitividad florezcan y donde las inversiones y empresas tengan su premio”.

Para Hague la supresión gubernamental de internet, como ocurriera en algunos países árabes y como se planteara en el propio Reino Unido a raíz de las revueltas, es intolerable.

Así lo ha recordado William Echikson, responsable de comunicaciones de Google en la región EMEA. Según él, la libertad de expresión es desafiada mucho más cerca de casa, aquí en Europa”. Y como muestra ha acudido a cifras. 60 países ponen controles a internet en la actualidad, hace una década apenas eran dos, según recoge AFP.

Además, ha querido recordar el caso de tres ejecutivos de Google, juzgados por permitir la publicación de un adolescente deficiente siendo agredido en Turín.

Para Hague, el acceso universal a internet es un derecho fundamental, no obstante, no ha dudado en matizar tal afirmación. “En lugar del ciberespacio libre para todos de la actualidad, precisamos de reglas para el camino”, ha apuntado.

Esta afirmación tiene que ver con los ciberataques que tienen como objetivo grandes corporaciones y gobiernos, y que ponen en jaque la seguridad nacional. Hague ha apuntado directamente a China y Rusia por estar detrás de varios ataques y ha mostrado la necesidad de “normas de circulación”.