La vida de Steve Jobs, contada por él mismo

Nunca me gradué. A decir verdad, esto es lo más cerca que he estado de una graduación universitaria”, comenzaba Jobs su discurso.

El gurú de Apple comenzó haciendo un repaso de sus primeros años de vida, desde que fue dado en adopción hasta que decidió abandonar la Universidad ya que sentía que estaba desperdiciando el dinero que tanto trabajo les había costado ganar a sus padres adoptivos. Recordó también los momentos difíciles cuando “dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por 5 céntimos para conseguir dinero para comer y caminaba más de 10 kilómetros para comer bien una vez por semana en el templo de los Hare Krishna”.

Con tan sólo 20 años su vida cambió radicalmente en el garaje de sus padres, donde creó el primer ordenador Mac con Steve Wozniak. “Trabajamos mucho y en diez años Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en 2.000 millones de dólares y 4.000 empleados”, explicaba Jobs en su discurso.

También recordó cómo fue despedido de la compañía que él mismo creó: “fue un fracaso muy notorio e incluso pensé en huir de Silicon Valley, pero algo comenzó a abrirse paso en mí porque aún amaba lo que hacía”.  Así fue como Jobs supo reponerse al golpe y comenzó lo que recuerda como uno de los periodos más creativos de su vida durante el cual fundó la empresa Pixar y NeXT, que finalmente fue adquirida por Apple para que Jobs volviera a liderar la compañía.

La última parte del discurso es sin duda la más emotiva ya que Jobs habla sin tapujos sobre su enfermedad y su percepción de la muerte; “Recordar que voy a morir pronto es la mejor herramienta para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida”, aseguraba Jobs, “porque prácticamente todo se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante”.

“La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la muerte es posiblemente el mejor invento de la vida. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro”, aconsejó a los estudiantes en un discurso que finalizó con el ya célebre: “Sigue hambriento. Sigue alocado”.

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vINQulos

Stanford (YouTube), TechCrunch