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La seguridad de datos confidenciales es uno de los aspectos que más preocupa a los usuarios y que más dolores de cabeza da a las autoridades.
Los registros administrativos son las víctimas más llamativas de los agujeros de seguridad, que ponen en verdaderos apuros a los diferentes gobiernos. El último en unirse a la lista de afectados es el francés, que vive el que la prensa gala ya ha bautizado como el Prison Break nacional.
Los ultrasecretos planos de la nueva prisión de la ciudad alsaciana de Nancy han desaparecido. Un robo tradicional de los soportes informáticos en los que se encuentran los datos han puesto en entredicho la inviolabilidad del futuro centro penitenciario.
Más preocupante es para la autoridades que, tal y como publica Silicon News Francia, los ladrones sabían a lo que iban y lo que querían encontrar, por lo que fueron a por la fuente de información directamente.
Otro robo de los de toda la vida ha puesto también en evidencia a la Policía de Nueva York: un ladrón se ha llevado un soporte no encriptado con 80.000 archivos confidenciales sobre los fondos de pensiones de la policía.
Éste no es el primero ni será el último de los casos de robo: Reino Unido sufrió durante el verano varios robos tradicionales que implicaban la caída en dominio público de datos personales. En uno de los casos, la información perdida incluía datos de contacto de varios niños. En Portugal, por poner un ejemplo más cercano geográficamente, el robo de un portátil puso en entredicho un delicado proceso penal.
A los agujeros de seguridad física, que afectan también a las empresas (no se debe olvidar el robo de un teléfono equipado con la última versión de Windows Mobile en el MWC), se suman los virtuales.
Las autoridades se ven, por tanto, rodeadas por varios frentes de batalla en la protección de los datos de sus ciudadanos.