¿Cómo le gusta a la gente escuchar música? Sin máxima calidad

Los datos de Strategy Analytics para Estados Unidos desvelan que la opción más utilizada para la reproducción musical consiste en usar los altavoces que ya vienen integrados en el ordenador.

Cuando no se puede disfrutar de la música en directo, los aficionados deben conformarse con su reproducción por diferentes medios, desde diferentes soportes.

Es posible escuchar música, por ejemplo, a través de los servicios de streaming online o de la radio más clásica, además de ayudarse de los álbumes físicos que lanzan los artistas y van a parar directos a las cadenas o a los ordenadores. Luego el sonido puede canalizarse con la ayuda de cascos o dejar que fluya por toda la estancia.

Las posibilidades son varias. Pero, ¿cuál es la más popular? Según una encuesta realizada por Strategy Analytics en Estados Unidos y que puede servirnos de referencia, lo que predominan a día de hoy son las escuchas desde ordenadores portátiles y de sobremesa, directamente a través de los altavoces que estos dispositivos llevan incorporados en su interior.

Más de la mitad de los usuarios recurriría a esa opción, a la que siguen con sendas cuotas del 41 % los auriculares enchufados a dispositivos portátiles y las radios que funcionan de manera independiente.

El resto del top 10 lo conforman distintos tipos de usar los altavoces (integrados en los televisores, de dispositivos portátiles, conectados, inalámbricos, con docking station), las barras de sonido para la televisión y la propia tele en forma de sistema de cine en casa.

¿Qué quiere decir esto? Que prevalece la elección de soluciones que no exprimen toda la calidad del sonido, que no son las ideales para aprovechar la experiencia al máximo.

“El foco de la música durante la última década ha versado sobre facilidad de uso y la comodidad”, comenta al respecto David Watkins, director de Strategy Analytics para Connected Home Devices, que se refiere al hecho de “ser capaz de llevarla a tantos dispositivos como es posible”.

Esto implica que, mientras tanto, “la calidad del sonido ha sido ignorada u olvidada en gran parte en esta carrera hacia la portabilidad. Se ha engendrado una generación de oyentes que nunca han sabido realmente lo que se siente al escuchar un sonido de alta calidad”.

Esto no significa que no haya posibilidad de mejora. “Hay ganas entre los consumidores por ir más allá de las limitaciones de lo que consiguen hoy”, asegura Watkins, “pero las compañías se enfrentan a una tarea difícil de convencer a la gente a que actualicen a equipos más caros”.

Según este profesional, “estamos sólo en el comienzo de un largo camino de aceptación en el mercado para volver al audio de alta calidad”. Lo veremos.