Lecciones de la ensalada de patata de los 50.000 dólares

Medios de todo el mundo han hablado de la ensalada de patata que ha logrado 50.000 dólares de financiación en Kickstarter. ¿Qué nos enseña sobre el crowdfunding?

Cuando Zack ‘Danger’ Brown publicó su propuesta para financiar una ensalada de patata en Kickstarter seguro que no se imaginó el revuelo que iba a causar.

El creador fijó su objetivo de financiación en 10 dólares. Sin embargo, cuando aún queda una semana para la finalización de la campaña, más de 6.400 internautas han decidido apoya su propuesta, comprometiéndose a aportar alrededor de 52.000 dólares.

El impulso definitivo llegó cuando un usuario marcó la campaña en Reddit. Y a continuación se hicieron eco medios de comunicación de todo el mundo… impulsando de nuevo la campaña. Así, en menos de una semana ya había alcanzado una financiación de más de 50.000 dólares.

Aunque se trate de un caso anecdótico, supone un buen ejemplo de la fortaleza y viralidad de internet a la hora de apoyar determinadas causas, sin entrar a valorar su seriedad o trascendencia. Otro ejemplo de ello son las campañas promovidas a través de Charge.org.

¿Pero qué podemos aprender del caso de la ensalada de patata de los 50.000 dólares? Más allá de lo pintoresco de la situación, The Atlantic ofrece un interesante análisis de las aportaciones recibidas por la campaña, que pueden ser muy útiles a la hora buscar financiación para nuestros proyectos empresariales.

En primer lugar, se desmonta el mito de la ‘democratización’ de la financiación mediante el crowdfunding. El análisis de los datos demuestra que, aunque hay más de 6.000 personas que apoyan el proyecto, en realidad es un pequeño grupo de medio millar de personas quienes sustentan su éxito: los usuarios que contribuyen con aportaciones de 35 a 49 dólares.  Este pequeño número de mecenas aportan el 40% del total recaudado para la elaboración de la ensalada de patata.

Es decir, que a la hora de enfocar nuestra propuesta debemos ser capaces de detectar y llegar a ese grupo crítico de contribuyentes, esencial para alcanzar nuestro objetivo. Está bien captar pequeñas donaciones de muchos contribuyentes, que sirven para hacer ruido y generar notoriedad. Pero lo que determinará el éxito será que consigamos llegar a quienes estén dispuestos a poner algo más de dinero, sustentando realmente la campaña.

Otra dato importante es que casi toda la financiación se captó en los primeros cinco días de campaña. Y esto no es una particularidad de un caso tan particular como éste, sino que es la tónica común en los proyectos de crowdfunding, que consiguen la mayor parte de los fondos en esas primeras jornadas. Una vez que la propuesta deja de ser novedosa, tiende a enfriarse. A los internautas les gusta ser pioneros y prescritores. Cuando algo ya es demasiado conocido, deja de atraer. Por eso, es fundamental trabajar durante los primeros días en la difusión de la campaña a través de todos los medios: redes sociales, presencia en medios de comunicación, correo electrónico, acciones de marketing…

Por último, los contenidos originales son premiados en la red, haciendo que los internautas los difundan. Hay que saber aprovechar la viralidad de internet para que nuestro proyecto tenga la mayor difusión posible y que nuestra propuesta destaque del resto. El ejemplo de la ensalada de patata representa un extremo de hasta dónde puede llegar una broma; pero un vídeo imaginativo, divertido o polémico puede ayudar a dirigir a posibles mecenas a nuestra campaña.