Males de la tecnología: Los directivos sólo tienen 6,5 horas semanales para trabajar sin interrupciones

Un estudio de Bain & Company achaca a la tecnología cierta perdida de productividad en el entorno laboral.

La tecnología ha creado nuevas formas de trabajar, solucionando problemas comunes a muchos profesionales como la necesidad de contactar en tiempo real con otras personas. Pero no todos sus efectos son beneficiosos. Según el estudio “Managing Your Scarcest Resources” de la consultora Bain & Company, con el paso del tiempo las nuevas tecnologías han ido entorpeciendo la productividad en las empresas.

Al parecer, todo se reduciría al hecho de que la facilidad y el bajo coste de las comunicaciones modernas han provocado un crecimiento espectacular de las interacciones. Esto significa que los trabajadores de hoy en día se encuentran inmersos en más y más reuniones debido a la sencillez de gestión de los calendarios y agendas digitales y que, a mayores, reciben más mensajes que en el pasado por la popularización del correo electrónico. Lo que no cambia es el tiempo del que disponen para realizar sus tareas, así que al final acaban dedicando más horas a hablar con gente en vez de trabajar de forma ininterrumpida.

Si hace tres décadas un directivo atendía 5.000 llamadas al año, ahora se calcula que son 50.000 mensajes. Y hay más datos. Se estima que el 15% del tiempo colectivo se emplea en reuniones. En los casos de un supervisor o de un directivo de nivel intermedio, utilizaría 21 horas de las 47 horas semanales que trabaja para reuniones y otras 11 para gestionar el correo electrónico. A esto habría que sumarle periodos de no más de 20 minutos que se gastan entre dichas reuniones y la atención de emails, lo que bajaría de 15 a unas 6,5 horas el tiempo de trabajo sin interrupciones.

Teniendo en cuenta esta situación, desde Bain & Company recomiendan a las empresas pensarse bien sus inversiones en tecnología. Unas inversiones que no serían necesarias si se pueden suplir por normativas internas capaces de mejorar los procesos de trabajo y si se cree que la implementación de la tecnología va a mejorar la colaboración pero no la productividad, ni tampoco tiene potencial para limitar las cantidades de tiempo perdido.