Los JJOO de Londres usan arena especial para volley-playa que no se pega al cuerpo [Veredicto: misterio resuelto]

Una gran parte de los espectadores masculinos (y algunas féminas también, seguro) confiesan que no pierden detalle de la competición olímpica de volley-playa femenino por un prurito de inquietud científica: constatar el prodigio de unos cuerpos que pese a los frecuentes revolcones por la arena no terminan embadurnados y rebozados cual croquetas. En efecto, no es otro el interés puramente investigador el que lleva a millones de televidentes a no perderse detalle de las evoluciones de las deportistas. Pues bien, ya podemos avanzar la solución a tal misterio: la arena está especialmente seleccionada para que no quede adherida a sus (glups) tonificados y tersos cuerpos.

Con una estricta regulación que filtra minuciosamente cualquier inoportuna presencia del más mínimo guijarro o resto de concha, la arena extendida sobre el terreno de juego de la disciplina de volley-playa es tan especial que además, merced al tamaño y consistencia de los granos que la componen no queda adherida a la piel de los participantes en la modalidad cuando caen sobre ella.

Por tu experiencia personal sabrás que una de las molestias e incomodidades de la playa es esa capacidad de la arena para pegarse a tu piel al más mínimo contacto con ella. Esto, además, puede suponer que se produzcan erosiones en la epidermis debido al roce, por lo que en Londres 2012 han hecho todo lo posible por eliminar este riesgo potencial.

Ya en los JJOO de Beijing 2008 se llevó arena desde la “Hawaii china” de Hainany se la sometía a un frecuente proceso de regado y rastrillado para evitar que se compactase y eliminar al mismo tiempo cualquier minúscula presencia del más mínimo resto que pudiese alterar la composición.

Mientras algunos se preguntan si en el futuro veremos esta competición sobre arenas sintéticas. Teniendo en cuenta que en las arenas presentes en el interior de territorios continentales y no tropicales el principal componente es el sílice, normalmente en forma de cuarzo, y que la segunda forma más frecuente de arena es el carbonato cálcico (por ejemplo, la aragonita) procedente del desmenuzamiento microscópico de restos de conchas de moluscos y corales durante millones de años, sería factible la producción en laboratorio de una arena artificial que recrease la real… aunque probablemente sería bastante más caro que pagar unos cuantos operarios con unas palas, unos rastrillos y unas mangueras.

Mientras podemos continuar nuestro trabajo de campo como avezados investigadores sin perder detalle de nuestras observaciones que corroborarán (o no) las cualidades de esta arena olímpica antiadhesiva. Por delante, interminables y sacrificadas horas de visionado de partidos de volley-playa femenino. Es un trabajo duro, pero alguien tiene que hacerlo. ?[Reuters vía Fourth Place Medal]